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El Morro de Sao Paulo es un diminuto paraíso ubicado en la isla de Tinharé, frente a Salvador Bahía. Este destino se está desarrollando y poniendo de moda año tras año, un poco a la manera de Buzios en el pasado. Hay varios kilómetros de playas vírgenes con vegetación tropical y un pueblito con apenas cuatro manzanas pero que alcanzan y sobran para ofrecer todas las comodidades de una gran ciudad, como restaurantes, pizzerías, heladerías, cafés, boutiques y hasta un banco. En el Morro de Sao Paulo –como corresponde a un paraíso ecológico–, no hay autos. Y el único medio de transporte es el tractor.
Al Morro de Sao Paulo se llega con una lancha rápida o catamarán que bordea un sector de manglares costeños. Al desembarcar se descubre un fuerte holandés levantado en 1630 y una apacible aldea de pescadores.Hay cuatro playas sin nombre, cada una con su propio perfil. La primera —que está junto al caserío principal– tiene una gran variedad de posadas. La segunda playa es la más juvenil y ruidosa, especialmente a la noche cuando sus barcitos cobran mayor animación. Las tercera y cuarta son ideales para nadar y practicar buceo y snork en una barrera de coral. Frente a la cuarta playa está la isla Caitá con su palmera solitaria que se levanta en el centro mismo de esta verdadera isla desierta.
En la llamada tercera playa es donde están las mejores posadas. Y la cuarta se caracteriza por un paisaje de playas de arenas de oro con una línea de palmeras en la costa que parece no tener fin. Y desde allí, utilizando como medio de transporte un tractor, se puede llegar todavía más lejos hasta playas muy remotas con agradables posadas. Más información en www.morrodesaopaulo.com.br