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Dentro del Parque Nacional conviven varias comunidades mapuches (7 comunidades dentro y otras cuatro sobre los límites) que sufren –hay que decirlo–, una discriminación velada o manifiesta por parte de algunos habitantes blancos de la zona (existe por ejemplo, la idea de que los mapuches “son todos vagos”). Si bien no vale la pena refutar semejante afirmación, el viajero puede al final de su recorrido acercarse a merendar en la Casa de Té Raquithué (“Lugar de muchas bandurrias”), donde la señora Argentina Cominao trabaja todo el día sin parar, recibiendo turistas que vienen a comer tortas fritas con mate cocido, té o café.
Argentina Cominao es mapuche de pura cepa, con ojos rasgados y un hablar ahorrativo de palabras. Vive junto con su esposo Cañicul en una casa de piedra y madera con techo de chapa. Cuando se le pregunta la edad responde por aproximación que tiene “ochentaytantos”. Afirma que su madre no hablaba “castilla”, mientras que ella es ahora la única integrante de la familia que habla mapundung, “porque a los jóvenes les da vergüenza hablarlo”. Hace ya 20 años que Argentina tiene esta casa de té donde trabaja ella sola con la ayuda de su nieto, en medio de un paraje de ensueño junto al lago Huechulafquen. El menú es sencillo: torta frita ($ 4 la docena), mate cocido, té y café ($ 2). La casa de té es el único sustento que tiene, y si bien pasan por allí decenas de personas por día en el verano, en invierno la situación es bastante complicada porque el turismo se reduce bastante. Sus hijos y nietos viven desperdigados por la zona, y la anciana cuenta con orgullo que uno de ellos es “lonco” (cacique) de su comunidad.
Quien logre entrar un poco en confianza con Doña Argentina se enterará por sus frases brevísimas que ella participa de las rogativas mapuches a la “madre tierra”, pero también es creyente de la religión católica y tiene un hijo militar. Todos los clientes sin excepción, quieren pasar a saludarla antes de irse, acaso más interesados en conocer a una mapuche que por el té y la torta frita. Y Argentina les responde con amabilidad y silencio.