Las Termas de Cacheuta fueron uno de los primeros destinos turísticos de la Argentina. Hacia 1822 ya eran reconocidas por mucha gente que se acercaba a lomo de mula desde la ciudad de Mendoza en una travesía de dos días. En 1893 se construyeron las primeras piletas y el Ferrocarril Transandino solucionó el problema de la distancia. Ya en 1913 se levantó un gran hotel con 150 habitaciones y un casino cuyas ruinas ahora se pueden visitar.

Luego de una serie de periódicos aluviones las termas se cerraron y volvieron a abrirse varias veces hasta que en 1970 el histórico hotel cerró sus puertas para siempre. Pero en 1986 se inauguró un nuevo hotel con spa llamado Termas de Cacheuta, un centro termal de alta tecnología con 16 habitaciones equipadas con bañeras termales dentro del cuarto.

Las aguas de las Termas de Cacheuta provienen de los deshielos que se filtran hacia la profundidad de la tierra y luego brotan otra vez a altas temperaturas oscilando entre los 40 y los 50 grados centígrados, acarreando minerales en su trayecto. Según los estudios realizados estas aguas son alcalinas bicarbonatadas, sulfatadas cálcicas y cloruradas sódicas. Por lo tanto, como la gran mayoría de las aguas termales, sirven para aliviar dolencias óseas y musculares, problemas de piel, vías respiratorias congestionadas y problemas de estrés. Como complemento se realizan tratamientos de masoterapia y fangoterapia, baños con hidromasajes y ducha escocesa, y también salidas de trekking y pesca.

Los servicios del lugar incluyen un camping y un parque de agua termal con piscina de olas y arena, un río artificial de 270 metros, piscinas semitechadas y jacuzzi con hidromasaje.

Desde Cacheuta también se organizan bajadas de rafting en el río Mendoza –uno de los mejores del país para esta disciplina– y excursiones de escalada en la roca, rappel y tirolesa. Además, en invierno algunas personas toman el lugar como base para ir a esquiar en los cercanos centros de Vallecitos y Penitentes.

Más información en www.termascacheuta.com