Además, defendió "la gestión del gobierno popular y el proyecto nacional conducido por la presidenta Cristina Fernández de Kirchner" y reclamó "en nombre de millones de trabajadores afectados por la protesta que se arbitren los canales de diálogo para hallar un equilibrio que permita zanjar la situación".

"No hablamos de cualquier tipo de diálogo sino de un diálogo con voluntad de cambio, sin imposiciones ni especulaciones y con interlocutores representativos porque, por sobre todas las cosas, se encuentra el supremo interés de la Nación", afirmó la CGT a través de un comunicado.

El texto firmado por los secretarios general y adjunto de la central obrera, Hugo Moyano y José Lingieri, respectivamente, sostuvo que esos cortes de ruta ponen en riesgo "el abastecimiento de alimentos, medicamentos, energía y de otros insumos". "También afectan la estabilidad de las fuentes de trabajo y

coartan la libertad de circulación de la mayoría de los argentinos, en clara violación de la Constitución", puntualizaron. La CGT indicó que "más allá de las protestas vividas ayer, que expresaron el cansancio de un sector de la sociedad, la presencia en ellas de dirigentes de la Sociedad Rural Argentina (SRA) y las expresiones de políticos opositores demostraron la intencionalidad política de esmerilar la capacidad de gestión del gobierno".

Agregó que esa presencia intenta abortar "la redistribución de la riqueza para favorecer a los sectores económicos más concentrados, como ocurrió hasta 2001", y subrayó que "los trabajadores no quieren vacío de poder, cacerolas batientes ni salidas proféticas sino respeto a la ley y a la soberanía".

Moyano y Lingieri añadieron que fueron los trabajadores los que, con "la pérdida del poder adquisitivo, financiaron en 2002 la forma de emerger de la convertibilidad y la licuación de los pasivos que favoreció, entre otros, a los sectores agropecuarios que hoy protestan y a los monopolios mediáticos".

"Los trabajadores todavía continúan contribuyendo a través del Impuesto al Valor Agregado (IVA) y el impuesto a las ganancias a la competitividad de los sectores económicos argentinos", dijeron.

La central obrera enfatizó que resulta incomprensible que mientras "la mayoría del mundo sufre una aguda crisis alimentaria y energética, en la Argentina se asista a una confrontación provocada por la abundancia de los recursos naturales, cuando se requiere producir una justa distribución de esa riqueza extraordinaria, que es patrimonio de todo el pueblo argentino".

El documento firmado por Moyano y Lingieri se tituló "Por el diálogo nacional y en defensa del gobierno popular".