El fiscal de La Plata, Marcelo Romero, a cargo de la investigación del triple crimen de Pedro Rodolfo Díaz, Alejandro Vatalaro y Ricardo Germán Torres Barboza aseguró que la desaparición durante varias horas de la caja que era considerada "clave" le provocó "un profundo desagrado" y no descartó radicar "una denuncia penal".

Sin embargo, fuentes policiales dijeron que la caja se encuentra "lacrada y en el mismo estado en que se recibió" y señalaron que nunca se recibió el oficio judicial para que trasladaran esa caja de cartón a la sede de Gendarmería Nacional, en la Capital Federal.

Se trata de una caja de cartón que, al momento del hecho, contenía handies y, para el fiscal Romero, puede ser la clave para determinar las causas del triple crimen.

Según el fiscal, esa caja de un metro y medio por 90 centímetros debía estar ayer a la sede de Gendarmería Nacional, en la Capital Federal, para ser peritada en busca de rastros de droga, ya que una de las líneas investigativas del triple crimen ocurrido en octubre del año pasado apunta a que se trató de un hecho vinculado al narcotráfico.

El fiscal se trasladó ayer en persona a la dependencia de Gendarmería para presenciar el peritaje pero, para su sorpresa, constató que la caja no había sido enviada y que nadie sabía dónde se encontraba. De acuerdo al relato del fiscal, la caja fue hallada tres horas después en una oficina que no era donde debió haber estado.

El fiscal Romero expresó que la desaparición le produjo "un profundo desagrado", por lo que "se inició un sumario administrativo y se comunicó el hecho al auditor de Asuntos Internos del ministerio de Seguridad provincial". "No descarto, eventualmente, radicar una denuncia penal", dijo el fiscal, quien aclaró que el peritaje debió suspenderse hasta nueva fecha.

Es más, las fuentes señalaron que ahora habrá que analizar que la prueba que se iba a peritar no haya sido modificada, por lo que los estudios que tenían previstos hacer en Gendarmería quedaron demorados. "La caja no había sido remitida a Gendarmería y no se encontraba en la oficina de Policía Científica donde debía estar.

Luego de tres horas de búsqueda, se la encontró en otra oficina y ahora está en la caja fuerte de mi despacho", remarcó el fiscal. Romero advirtió que "muchos funcionarios van a tener que dar explicaciones sobre este hecho".

Sin embargo, una fuente policial señaló la caja estaba en la sede de la Policía Científica de la bonaerense "en el mismo estado en que se recibió, lacrada, firmada la planilla de cadena de custodia y con el acta de levantamiento".

"Nunca se recibió el oficio judicial para que se envíe la caja a Gendarmería. Recién ayer a las 10.40 se recibió una llamada telefónica donde se pedía que se informe si se hallaba la caja en cuestión", explicó la fuente consultada.

La caja debía ser sometida a un peritaje denominado "espectrografía gaseosa", mediante la cual destruirían la caja hallada y analizarían los gases que de ella se desprendieran para detectar posible presencia de marihuana y/o cocaína.

Una de las hipótesis que investiga el fiscal vincula al triple crimen de los policías con la posible comercialización de drogas; pero no descarta tampoco la posibilidad de que los asesinos hubieran querido robar equipos guardados en la planta.

El 19 de octubre último, los policías Díaz, Vatalaro y Torres Barboza fueron asesinados a balazos y cuchillazos cuando se hallaban de guardia en la planta transmisora de la cartera de seguridad.

La primera hipótesis que manejaron los investigadores indicaba que la masacre se concretó para matar a Vatalaro, quien mantendría relaciones amorosas con una joven, ex novia de Leandro Colucci, un hombre que estuvo detenido unos días por el hecho.

Semanas atrás, Colucci se sometió a una extracción de sangre para determinar si su patrón genético coincide con el hallado en el lugar del crimen.

La justicia también extrajo sangre a un policía, cuya identidad no fue proporcionada, que denunció, el día del crimen, el faltante de su arma de fuego, del mismo calibre que la empleada para asesinar a los policías.