Pasaron cuatro años nada más entre los Juegos de Atenas y los de Beijing y la realidad es que para Bardach ese tiempo fue una eternidad y lo terminó pagando caro.

Las peleas con los dirigentes y su lucha consigo misma le terminaron por jugar una mala pasada a quien es una de las grandes nadadoras de la historia argentina.

"Sabía que no estaba para mucho más y estoy contenta porque llegó el momento que esperé por más de un año. Por fin se terminó este suplicio", señaló Bardach.

La nadadora cordobesa debía competir mañana en la prueba de los 200 metros mariposa, pero decidió no presentarse después de los dos traspiés consecutivos que tuvo en Beijing.

"Necesito estas vacaciones que se vienen ahora. Necesito estar liberada de esta obligación", agregó Bardach, quien no pudo revalidar lo realizado en Atenas 2004, cuando consiguió la medalla de bronce en los 400 metros medley.

Para muchos la actuación de Bardach fue una gran decepción y para ella en parte también, por más que sabía que no llegaba en las mejores condiciones a este Juego Olímpico.

"Yo creo que en este momento que estoy pasando hoy influyó de todo un poco. Tanto lo deportivo, como lo extradeportivo. Sinceramente estaba muy cansada de todo, absolutamente de todo", explicó Bardach.

Después de la paupérrima labor de la cordobesa en Beijing muchos comenzaron a sospechar de un retiro de la nadadora, pero Bardach se encargó de aclarar que desea estar en los Juegos Olímpicos de Londres 2012.

"Tengo muchas ganas de estar en Londres y de poder llegar a esos bien. La idea es la de entrenarme como corresponde, olvidarme de este proceso previo a Beijing y darle para delante", explicó.

"La verdad -continuó Bardach- es que creo que de esto voy a aprender mucho más que de todo esto que me está pasando ahora que de la medalla que conseguí en Atenas".

"Por un mal torneo no voy a tirar 20 años de carrera. Hay que superar esto, descansar y después comenzar a prepararme para poder estar en los Juegos Olímpicos de Londres", completó.

Bardach antes de los Juegos Olímpicos de Beijing 2008 reconoció que pensó en abandonar la natación, por lo presionada que se sentía.

"Todo me pasaba. La realidad es que entrené muy poco antes de venir porque la cabeza no me daba para aguantar una semana entera de entrenamiento", sentenció.