Menem había sido citado a declarar, pero nunca se presentó por razones de salud, mientras que también fallaron a la convocatoria el ex jefe de la SIDE Hugo Anzorreguy y quien fuera su segundo en la central de espías, Juan Carlos Anchezar.

Fue por eso que, tal como se suponía, el juez Lijo volvió a llamar a los imputados para aparezcan por tribunales de Retiro a dar explicaciones frente a las pruebas en su contra.

Y agendó las indagatorias: para el 9 de marzo, Menem; para el 10, Anzorreguy; y para el 11, Anchezar.

El 12, en tanto, tendrá que asistir el comisario retirado Carlos Castañeda, quien era director de Protección del Orden Constitucional de la Policía Federal y está preso por la destrucción de 33 cassetes claves de la primera parte de la investigación del atentado.

En la lista inicial también se había citado a Munir Menem, hermano del ex presidente y quien fuera ex titular de la Unidad Presidente en la Casa Rosada.

Pero el juez Lijo no decidió aún si volverá a convocarlo como imputado, porque tiene pendiente un planteo de la defensa en donde se reclama que se dicte la prescripción del delito ya que hace años que dejó la función publica.

Para la Justicia hay fundadas sospechas para creer que, apenas dos semanas después de que el atentado contra la AMIA provocó 85 muertos, Menem habría frenado el allanamiento a la casa del empresario Alberto Jacinto Kanoore Edul, luego de una sugestiva visita de éste a la Casa Rosada.

Y con esto, los investigadores tampoco habrían avanzado sobre el principal sospechoso de haber planificado el atentado, el ex agregado cultural de la Embajada de Irán Mohsen Rabbani.

Lijo ordenó una serie de indagatorias para los primeros días de diciembre, pero los únicos que asistieron a la cita fueron el ex juez federal Juan José Galeano, a cargo de la pesquisa; y el ex jefe policial Jorge "Fino" Palacios.

Tanto Galeano como Palacios negaron los cargos y defendieron su labor, mientras que el actual senador Carlos Menem rechazó públicamente haber desviado la investigación por el atentado contra la AMIA.

Incluso, Menem advirtió que el llamado a indagatoria por parte del juez de la causa se inscribe en una "persecución política" en su contra, aunque no se presentó a declarar por los motivos de salud que también le impedirían presenciar el juicio en su contra por la venta ilegal de armas a Croacia y Ecuador.

El sirio Kanoore Edul, cuya familia era de la misma zona que la de Menem, fue sospechoso en la investigación del atentado desde un primer momento, pues se descubrió que habría intentado comprar la Trafic que estaba en manos del ex reducidor de autos Carlos Telleldín (y que habría sido el coche-bomba) y además se lo vinculó con un sugestivo volquete de su empresa que habría aparecido en la puerta de la AMIA antes del ataque.

Sin embargo, Galeano dijo que no encontró pruebas para acusar a Edul y le dictó la falta de mérito el mismo día que elevó a juicio la investigación a un grupo de policías y reducidores de autos que habrían participado en la entrega de la camioneta -luego absueltos-.

Según la resolución de Lijo al ordenar las citaciones, la pista siria fue abandonada "a partir de la visita del señor Alberto Kanoore Edul a la Casa Rosada, el 1 de agosto de 1994", día en que debían allanarse dos viviendas vinculadas al volquete y debía cumplirse con la detención del hijo del empresario sirio.

Lijo estableció que luego de que Kanoore Edul pasara por la sede del Poder Ejecutivo, se produjo un "llamado telefónico de Menem a Galeano, a través de su hermano Munir", a fin de "abandonar el seguimiento de la línea de investigación".