"Hoy están dispuestos a perdonarnos si nos resignáramos a volver al redil cual esclavos que, después de conocer la libertad, aceptaran de nuevo el látigo y el yugo", señaló Castro en un artículo de prensa publicado por la celebración del Día del Trabajador.

"Jamás, sin embargo, el adversario debe hacerse la ilusión de que Cuba se rinda", subrayó en su comentario, publicado en las primeras planas de los periódicos locales bajo el título "El día de los pobres del mundo".

Castro indicó que en medio siglo "era inevitable el choque de la gran potencia del Norte y la Revolución Cubana. La heroica resistencia del pueblo de nuestro pequeño país fue subestimada".

Castro, de 82 años, opinó que "todavía" no puede decirse la última palabra sobre el gobierno de Barack Obama. "No puede decirse todavía la última palabra sobre la evolución futura de la actual administración norteamericana. Hay elementos nuevos, tanto de carácter objetivo como subjetivo. Estudiamos y observamos cuidadosamente cada uno de sus pasos", manifestó.

Rechazó ser un "incendiario" al contraponer sus ideas contra la política de Obama, a quien reconoce buenas intenciones, pero tampoco dice ser un "tonto" que se deja engañar fácilmente.

"El planeta se debate entre crisis económicas, pandemias, cambios climáticos, peligros de guerras y otros problemas concurrentes. La tarea política se vuelve más compleja, y existen todavía los que se hacen ilusiones de que los pueblos pueden ser manejados como títeres", concluyó.

A mediados de abril, Obama suprimió las restricciones a los viajes y envío de remesas de los cubanos residentes en Estados Unidos y dijo esperar ahora un gesto recíproco de La Habana.

El presidente Raúl Castro respondió reiterando su disposición al diálogo, pero negó que Cuba tenga que hacer "gestos" por ser "víctima" de las políticas de Estados Unidos, y minimizó las medidas de Obama pues se mantiene "intacto" el embargo que impuso Washington hace 47 años.