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Ahmadinejad, exhortó en su prédica, durante la oración del viernes, a castigar a los jefes de la oposición por los disturbios que siguieron a su controvertida reelección en los comicios presidenciales del 12 de junio.

Se trata del primer pedido en este sentido del presidente iraní, cuya reelección fue cuestionada por sus adversarios, quienes denunciaron fraudes en los comicios presidenciales.

Estas protestas estimularon a su vez manifestaciones callejeras contra el régimen, sin precedentes desde la instauración de la República Islámica en 1979.

Otros dirigentes llamaron antes a sancionar a los opositores, entre ellos el religioso Ahmad Jatami, cuyas opiniones reflejan generalmente la de los ultraconservadores; o también Yadwola Javani, jefe de la oficina política de los Guardianes de la Revolución, el ejército ideológico del régimen.

"¿Cuál es el papel del (ex presidente Mohammad) Jatami, (Mir Hossein) Mussavi y (Mehdi) Karubi en este golpe de Estado? Si son los instigadores, y ese es el caso, los responsables de la justicia y de la seguridad deben detenerlos, juzgarlos y castigarlos", escribe Javani en el semanario Sobhe Sadegh.

Las manifestaciones callejeras fueron organizadas para protestar contra la victoria de Ahmadinejad, validada por el número uno del régimen, Alí Jamenei.

"Quienes han tenido un papel menor y quienes han sido engañados deben ser tratados con compasión islámica", estimó por el contrario el jefe del Estado. "Los líderes de los motines deben ser ejecutados", clamó la multitud. Las manifestaciones fueron severamente reprimidas por las autoridades.

Unas 4.000 personas fueron detenidas inicialmente durante las protestas poselectorales, en las que murieron oficialmente 30 personas y 69 según la oposición, y cientos siguen en prisión. La oposición denunció la muerte de varias personas durante su detención, así como violaciones y otros abusos.

Unas 140 personas han comparecido desde el 1 de agosto ante el Tribunal Revolucionario --entre ellos un ex ministro, personalidades políticas de primer plano, periodistas y universitarios-- por su relación con las manifestaciones que denunciaron fraudes en la reelección de Ahmadinejad.

Estos procesos, que continúan, han sido denunciados por la oposición y la comunidad internacional como "procesos-espectáculos".

El líder reformista Mehdi Karubi denunció que mujeres y hombres detenidos en las manifestaciones postelectorales fueron violados en la cárcel. El 24 de agosto presentó pruebas sobre ello a miembros de una comisión parlamentaria encargada de evaluar la situación de los manifestantes detenidos.

A fines de julio las autoridades de Teherán cerraron la cárcel de Kahrizak tras la muerte de al menos dos detenidos a causa de las heridas que sufrieron durante su encarcelamiento, según la prensa.

En su oración del viernes, Ahmadinejad acusó no obstante a los opositores de estar detrás de esas sevicias. "Lo que ocurrió en los centros de detención formaba parte de un plan del enemigo aplicado por los agentes del movimiento para derrocar" al régimen.