"El bloqueo económico, comercial y financiero contra Cuba permanece intacto", deploró el canciller cubano Bruno Rodríguez Parrilla ante la Asamblea general de la ONU.

Según Rodríguez, con Obama "parecía que terminaba una etapa de extrema agresividad, unilateralismo y arrogancia en la política exterior de ese país y quedaba hundido en el repudio el infame legado del régimen de George W. Bush".

El canciller admitió que "el discurso novedoso y conciliador procedente de la Casa Blanca concita amplia esperanza y sus reiterados mensajes de cambio, diálogo y cooperación han sido bienvenidos".

Dijo que las medidas adoptadas por Obama para aliviar el embargo, incluyendo la posibilidad de que los cubanos radicados en Estados Unidos viajen a Cuba, son "un paso positivo pero extremadamente limitado e insuficiente".

Enumeró una serie de temas que La Habana busca abordar en diálogo directo con Washington, entre otros el levantamiento del embargo, la exclusión de la lista de países terroristas y la devolución de Guantánamo.

Sin embargo, el representante cubano aseguró que con Obama "el discurso y la realidad no coinciden" y cuestionó "la capacidad real de las actuales autoridades en Washington para superar las corrientes políticas e ideológicas que bajo el mandatario anterior amenazaron al mundo".

"Las fuerzas neoconservadoras, que colocaron a George Bush en la presidencia, promotoras del uso de la fuerza y la dominación, al amparo del descomunal poderío militar y económico estadounidense, responsables de crímenes que incluyen la tortura, el asesinato y la manipulación del pueblo norteamericano, se han reagrupado rápidamente y conservan inmensos resortes de poder e influencia contrarios al cambio anunciado".

Citó el caso de Honduras, afirmando que "la derecha fascista norteamericana, que simboliza (el ex vicepresidente Dick) Cheney, apoya abiertamente y sustenta el golpe".

Según Rodríguez "todavía no se ha aclarado por qué el avión que secuestraba al presidente constitucional hizo escala en la base aérea norteamericana de Palmerola" en Honduras en junio pasado.

"La inviolabilidad de la Embajada de Brasil en Tegucigalpa tiene que ser respetada y el asedio y la agresión a sus predios deben cesar".

"El presidente José Manuel Zelaya debe ser restituido, de forma plena, inmediata e incondicional en el ejercicio de sus funciones constitucionales. El pueblo hondureño resiste heroicamente y dirá la última palabra", dijo.

El canciller dijo además que Estados Unidos tiene interés en implantar nuevas bases militares en América latina como un presunto medio para desplegar tropas "en cuestión de horas" contra "procesos revolucionarios y progresistas", en particular en Venezuela.