23:02 › A LOS 64 AñOS
El cantante, Roberto Sanchez, falleció a las 20:40 por un shock séptico. Había recibido el pasado 20 de noviembre un trasplante cardiopulmonar en el Hospital Italiano de Mendoza. Las fanáticas se congregan en la puerta de su casa en Banfield para despedirlo. Durante su carrera publicó 52 álbumes originales que vendieron más de 20 millones de copias, entre ellos, Sandro de América (1969) y Muchacho (1970), y grabó 13 películas como Quiero llenarme de ti (1969) y Subí que te llevo (1980).
Sandro había sido intervenido hoy en dos oportunidades y su estado era "crítico", según indicaron los médicos del hospital mendocino, Claudio Burgos y Sergio Perrone, en el último parte de esta tarde.
Roberto Sánchez, uno de los mayores ídolos de la música y el cine nacional, nació el 19 de agosto de 1945 en Valentín Alsina, Lanús. Estudió hasta los 13 años, cuando abandonó el colegio secundario para ayudar a sus padres económicamente, Vicente Sánchez e Irma Nydia Ocampo. Trabajó como repartidor de una carnicería, changarín de una droguería y tornero.
Sin embargo, la música comenzaba a ser su gran pasión y, en sus tiempos libres, aprendía guitarra con un amigo, Enrique Irigoytía, con quien formó su primer dúo.
En 1960, Roberto Sánchez adoptó el nombre artístico de Sandro y se lanzó como solista. Al poco tiempo, formó el grupo Los Caniches de Oklahoma y grabó su primer single, "Comiendo rosquitas calientes en el Puente Alsina”.
En 1961, cambiaron de nombre por Los de Fuego. En un principio, el cantante del grupo fue Héctor Centurión, mientras que Sandro era la guitarra líder y la segunda voz, y hacía los coros. A fines de 1962 Centurión perdió la voz, siendo reemplazado por Sandro, quien poco a poco se dedicó exclusivamente a su rol de cantante. En 1963 comenzaron a llamarse “Sandro y Los de Fuego”.
El 13 de septiembre de 1963 grabó su primer disco, un simple para CBS, pero sin Los de Fuego. En el lado A había un cover en español de "¿A esto le llamas amor?" (de Paul Anka) y en el lado B estaba "Eres el demonio disfrazado" (de Elvis Presley). Sin embargo, el disco no tuvo trascendencia.
Las presentaciones de Sandro provocaron la reacción de algunos influyentes grupos fundamentalistas católicos que lograron excluir a la banda de la televisión durante algunas semanas. Pero Pipo Mancera, el conductor más exitoso por ese entonces, enfrentó la informal censura amenazando con su renuncia, y la misma fue levantada.
Antes de finalizar 1965 se disolvieron Los de Fuego, y Sandro formó una nueva banda soporte, The Black Combo, (homenaje a Bill Black, bajista de Elvis).
Con el dinero que comenzó a ganar con sus presentaciones y discos, Sandro alquiló en 1966, junto con otros roqueros argentinos, el local La Cueva, en Pueyrredón 1723, para formar un centro de reunión y difusión del rock argentino.
En febrero de 1968, se presentó en el Festival de Viña del Mar, en Chile, donde resultó el ganador del certamen. Su éxito le abrió las puertas de los países latinos como Venezuela, Colombia, Perú, Uruguay, Paraguay, Ecuador, México, Puerto Rico, Costa Rica y República Dominicana.
A fines de la década del '60 Sandro empezó a cambiar radicalmente su estilo: abandonó el rock and roll clásico en español para diseñar un repertorio más popular, siendo uno de los pioneros de la balada romántica latinoamericana, derivada del bolero, que se convertiría en el género pop latino por excelencia en las siguientes décadas.
Sandro le aportó temáticas, poses y ritmos extraídos del rock and roll, que la hicieron provocativa y atractiva para los jóvenes de los sectores más populares de las comunidades latinas de América, y muy especialmente para las mujeres.
Notablemente, el mundo del naciente rock nacional, que también orientaba gran parte de sus letras contra la moral sexual tradicional católica, rechazó a Sandro sin contemplaciones, con el argumento descalificador de que se trataba de "música grasa".
En los años siguientes Sandro comenzó su carrera en el cine. Llegó a grabar 13 películas, como Quiero llenarme de ti (1969), La vida continúa (1969), Gitano (1970), El deseo de vivir (1973), Operación Rosa Rosa (1974) y Subí que te llevo (1980), entre otras.
Paralelamente continuó con su exitosa carrera musical, sacó discos y se presentó en las principales ciudades de América. El 11 de abril de 1970 se convirtió en el primer artista latino en actuar y llenar el famoso estadio del Madison Square Garden, de Nueva York, frente a más de 250 mil espectadores en dos recitales. Además fue la primera transmisión vía satélite de un cantante en la historia de todo el mundo.
Durante su carrera publicó 52 álbumes originales que vendieron más de 20 millones de copias, entre ellos, Sandro de América (1969), Muchacho (1970), Te espero… Sandro (1972), Sandro Siempre Sandro (1974), Sandro (1976), Vengo a ocupar mi lugar (1984), Volviendo a casa (1990), Clásico (1994), Para mamá (2001) y Amor Gitano (2004).
En 1993 regresó a los escenarios con un recital llamado Treinta años de magia, realizado en el teatro Gran Rex de Buenos Aires. La afluencia de público lo llevó a realizar 18 presentaciones, superando el récord de 13 actuaciones para ese tradicional teatro que tenía la banda Soda Stereo. A fines de ese año recibió el Premio ACE de Oro de la Asociación de Cronistas del Espectáculo de Nueva York.
Desde fines de los años ‘80, con el surgimiento del "rock latino", algunos roqueros argentinos comenzaron a revalorizar la obra de Sandro, su masividad popular sobre todo entre las jóvenes de los sectores más humildes, su peculiar manera de fusionar elementos del rock y la balada romántica latinoamericana, y sus temáticas y estilo provocativo y renovador, sobre todo en materia de las costumbres sexuales.
En noviembre de 2005, en Los Angeles, le hicieron un homenaje y le otorgaron el Grammy Latino por su excelencia musical como cantautor y actor, y por su trayectoria artística.
Luego Sandro continuó con sus presentaciones en el Gran Rex, aunque con dificultades por la Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica. En octubre de 2006 Sandro recibió la mención de honor "Senador Domingo Faustino Sarmiento", en el Senado de la Nación, en reconocimiento a sus más de 40 años de trayectoria.
"Miren hasta dónde llegó su hijo", expresó el cantante en ese entonces, con sus ojos llenos de lágrimas y mirando hacia el cielo.
En septiembre de 2009, cuando estaba internado a la espera del doble transplante, el Gitano recibió en la clínica los diplomas que lo declaraban ciudadano ilustre de la Provincia de Buenos Aires y de la Capital. Fue uno de los artistas más queridos de la historia argentina y lo será por siempre para sus “nenas” que nunca dejarán de amarlo.
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