Esta creación de puestos (cifra corregida de variaciones estacionales) marca probablemente el fin de un largo ciclo de pérdidas de empleos en la primera economía mundial, que sale progresivamente de su mayor crisis desde los años 30.

En total, Estados Unidos habrá perdido cerca de 8,4 millones de empleos, es decir 6 por ciento de su población empleada (excluyendo agricultura) entre el comienzo de la recesión en diciembre de 2007 y febrero de 2010.

La cifra de creación de empleos en marzo, la más alta desde marzo de 2007, es inferior a lo previsto por los analistas, que esperaban 184.000 nuevos empleos, luego de que en febrero se registrara un enlentecimiento de las contrataciones debido a un invierno excepcionalmente riguroso.