"Si no cesan los cohetes contra Israel, me parece que vamos a tener que elevar el nivel de nuestra actividad e intensificar nuestras acciones contra Hamas", declaró el viceprimer ministro Sylvan Shalom a la radio pública israelí.

"Exhortamos a la comunidad internacional a intervenir para poner fin a esta escalada y a la agresión israelí", pidió el viernes el primer ministro de Hamas, Ismail Haniyeh, en un comunicado.

En Londres, el ministerio británico de Relaciones Exteriores se declaró "preocupado por los ataques de hoy y por la escalada de violencia en Gaza y en el sur de Israel durante la semana pasada", y llamó a las partes a dar muestras de "mesura".

Estados Unidos pidió a israelíes y palestinos privilegiar el diálogo, destacando que no podía haber una "solución militar" al conflicto.

"Los israelíes tienen derecho a la auto-defensa. Al mismo tiempo, como ya hemos dicho en varias ocasiones, no creemos que al final de cuentas haya una solución militar", declaró a periodistas el portavoz del departamento de Estado, Philip Crowley.

Francia a su vez pidió a "todas las partes" que "hagan prueba de responsabilidad" y tomen las medidas "necesarias para restablecer la confianza".

Tres de los ataques israelíes estuvieron dirigidos contra un sector al oeste de Khan Yunés. Dos misiles alcanzaron un campamento de combatientes de la rama armada del Hamas.Un cuarto ataque destruyó un taller mecánico en el campamento de refugiados de Nusseirat.

Los aviones israelíes también efectuaron ataques al oeste de la ciudad de Gaza, en particular contra una lechería, que quedó completamente destruida.

En esos ataques aéreos, el ejército israelí aseguró haber golpeado "dos talleres de fabricación y dos depósitos de armas".

Estos ataques se producen tras varios disparos de cohetes palestinos, realizados en los últimos días desde Gaza. El jueves por la noche, uno de ellos cayó en la localidad israelí de Ashkelon, causando daños materiales pero no víctimas, según el ejército.

Cerca de 20 cohetes han sido lanzados hacia Israel solamente en el último mes, y 40 desde principios de este año. Uno de esos proyectiles mató el 18 de marzo a un trabajador agrícola tailandés de un kibutz (granja colectiva). Se trató del incidente más grave desde que Israel lanzara en diciembre de 2008 su ofensiva de 22 días contra la franja de Gaza.

En dicha incursión, que se proponía detener los ataques con cohetes, las tropas israelíes mataron a unos 1400 palestinos, en su gran mayoría civiles.

El actual incremento de ataques con cohetes, y la réplica aérea israelí, se producen en un contexto de creciente tensión en la región, particularmente por los temores palestinos de que Israel trate de extender su control en Jerusalén Este, mayoritariamente árabe, pero anexionada unilateralmente por el Estado hebreo tras la guerra árabe-israelí de 1967.