13:58 › WASHINGTON
El presidente de Estados Unidos abrió las sesiones de la cumbre sobre seguridad nuclear con una alerta sobre el creciente riesgo de un ataque atómico por parte de un grupo extremista, un escenario que calificó de "ironía cruel" tras el fin de la Guerra Fría. "Las redes terroristas como Al Qaida han tratado de adquirir el material para un arma nuclear. Con seguridad lo utilizarán y sería una catástrofe para el mundo", sentenció.
"El riesgo de un ataque nuclear aumentó", dijo Obama en referencia a Al Qaeda y otros grupos extremistas durante su discurso inaugural de la cumbre ante presidentes, primeros ministros y altos representantes de otros 46 países reunidos en un centro de convenciones en Washington.
El presidente estadounidense, Barack Obama, pidió este martes a líderes de 47 países con capacidad nuclear reunidos en Washington que "actúen" para evitar que material potencialmente apto para fabricar la bomba atómica caiga en manos de terroristas.
"A dos décadas del final de la Guerra Fría, nos enfrentamos a una cruel ironía de la historia: el riesgo de una confrontación nuclear entre países ha bajado, pero el riesgo de un ataque nuclear ha subido", dijo Obama a los dirigentes, reunidos en la mayor cumbre de líderes organizada por Estados Unidos desde 1945.
"Las redes terroristas como Al Qaida han tratado de adquirir el material para un arma nuclear, y si alguna vez lo consiguen, con seguridad lo utilizarán (...) Si llegaran a hacerlo, sería una catástrofe para el mundo", agregó.
"Hoy es una oportunidad, no solo de hablar, sino de actuar", dijo el presidente estadounidense.
Obama presionaba paralelamente a sus principales invitados, como Rusia y China, para intentar aislar aún más a Irán y preparar el terreno para más sanciones. Irán, como Corea del Norte, se ha negado a acatar el Tratado de No Proliferación Nuclear, vigente desde 1970. China se opone a esa proliferación nuclear, dijo Hu Jintao en su intervención ante el pleno de la cumbre.
El presidente norteamericano tenía previsto reunirse este martes con el primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, y con la canciller alemana, Angela Merkel. Erdogan, cuyo país forma parte del Consejo de Seguridad de la ONU en estos momentos, se reunió el lunes con el brasileño Luiz Inacio Lula da Silva precisamente para conversar sobre el caso iraní.
El mundo cuenta con unas reservas mundiales de uranio enriquecido y de plutonio, los dos ingredientes posibles de una bomba A, de 1.600 toneladas y 500 toneladas respectivamente.
Obama quiere compromisos firmes para controlar estrictamente las condiciones de producción, almacenamiento y transporte de ese material, con el que podrían construirse decenas de miles de bombas atómicas, algunas del tamaño de un maletín.
Estados Unidos se apuntó varios éxitos en ese campo el lunes: Ucrania anunció su decisión de deshacerse de todo su uranio altamente enriquecido de aquí a 2012, fecha fijada para la próxima cumbre sobre seguridad nuclear, a celebrarse en Corea del Sur.
Poco después, Canadá informó que devolvería a su vecino el uranio altamente enriquecido de origen estadounidense almacenado en Canadá.
También el presidente chileno, Sebastián Piñera, anunció que su país "tomó la decisión de enviar a Estados Unidos todo el uranio ultraenriquecido" para dar "un ejemplo".
Estados Unidos y Rusia, que la semana pasada firmaron un nuevo acuerdo de desarme nuclear, también firmaron un nuevo protocolo para la eliminación del plutonio apto para fabricación de armas de sus programas militares.
Mientras que la amenaza del terrorismo generaba un aparente consenso entre los mandatarios asistentes a la reunión, el tema iraní era mucho menos evidente.
La Casa Blanca aseguró el lunes, tras una bilateral de Obama con Hu, que había acuerdo entre los dos países para preparar una nueva batería de sanciones en el Consejo de Seguridad de la ONU.
"China siempre creyó en el diálogo y la negociación como la mejor manera de resolver ese asunto. La presión y las sanciones no pueden resolverlo fundamentalmente", declaró sin embargo este martes una portavoz del ministerio chino de Relaciones Exteriores, Jiang Yu.
Irán, acusado de querer dotarse del arma nuclear bajo cubierta de su programa civil, también se apresuró a declarar desde Teherán que su interpretación de las intenciones chinas era "diferente" de la de Estados Unidos.
Teherán anunció también que su propia conferencia de desarme nuclear contará con la presencia de 15 países, el 17 y 18 de abril próximos.
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