Martes, 13 de abril de 2010 | Hoy
EL PAíS › SE VERá HOY CON OBAMA EN EL MARCO DE LA REUNIóN DE SEGURIDAD NUCLEAR
El encuentro entre los mandatarios de Argentina y Estados Unidos se celebrará esta tarde. No hay una agenda prefijada.
Por Fernando Cibeira
Luego de participar ayer en la cena de apertura de la Cumbre sobre Seguridad Nuclear, la presidenta Cristina Kirchner anunció que hoy por la tarde se reunirá con Barack Obama, un encuentro que el Gobierno venía ansiando desde hacía tiempo. La Presidenta no quiso revelar los temas que pondrá sobre la mesa y sólo adelantó que invitará a Obama a visitar la región en cuanto su agenda se lo permita. En cuanto a la Cumbre, la Presidenta contó que no habló en la comida –ninguno de los cuatro representantes latinoamericanos lo hizo– y que se reservará para las sesiones de hoy, cuando abogará por “lo que siempre hemos hecho”. Esto es, pedirá que todos los países adhieran al Tratado de No Proliferación y también para que la excusa de seguridad no sirva para detener el avance nuclear de los países en vías de desarrollo.
Obama ya había recibido a otros presidentes de la región y, en alguna medida, el Gobierno tenía una espina atravesada por la falta de un encuentro con el presidente de la primera potencia mundial. La relación bilateral, por cierto, tuvo varios cortocircuitos en los últimos años. Pero los malos entendidos parecieron quedar atrás luego de la visita de la secretaria de Estado, Hillary Clinton, a Buenos Aires, el mes pasado, y de la buena conclusión que sacaron ambas partes de la reunión que mantuvo con Cristina Kirchner.
“Nadie puede pensar que la secretaria de Estado, que es la segunda persona en importancia en el gobierno, va a visitar un país y se va a quedar a dormir ahí si las relaciones no son buenas”, recordó anoche la Presidenta. “En algún punto hemos tenido diferencias, pero es bueno mantener la relación más allá de esas diferencias”, añadió. Uno de esos puntos, y lo hablaron públicamente en la conferencia de prensa que compartieron Cristina y Hillary, fue la posición de cada país frente al golpe en Honduras y la convocatoria a elecciones realizada por el gobierno de facto.
Pese a los avances, Cristina Kirchner emprendió el viaje sin tener certeza sobre la concreción del encuentro. La versión más difundida indicaba que podrían mantener un aparte informal en medio de las sesiones de la cumbre de hoy. Pero ayer el canciller Jorge Taiana fue hasta las oficinas del Consejo de Seguridad Nacional para encontrarse con Dan Restrepo, el principal asesor de Obama en cuestiones de política exterior. Y allí se cerró el encuentro para hoy.
Barack Obama puede estar conforme con su nivel de convocatoria. Tuvo una asistencia casi perfecta a la cumbre que convocó para debatir lo que considera debe ser una nueva política sobre seguridad nuclear, en la que se debe evitar que esa energía caiga en manos del terrorismo internacional. Aseguran que hay que remontarse a varias décadas para recordar a 46 presidentes llegando para una instancia por el estilo a Washington.
La cumbre arrancó alrededor de las 16 en el gigantesco Centro de Convenciones Walter E. Washington, cercado por un operativo de seguridad acorde con la situación. En las vallas por donde ingresaban los delegados, pequeños grupos mostraban banderas y carteles con alguna protesta. Estaban quienes reclamaban libertad para el Tíbet y para la práctica del Falun Dafa –una técnica de meditación que aparentemente también reprimen en China–. Otros manifestaban contra el régimen de Vietnam.
Obama fue recibiendo de a uno a los jefes de Estado, divididos en grupos de a cinco, en una extensa introducción a la cena. A Cristina Kirchner le tocó casi en el lote final. Antes de ella pasó la presidenta de Finlandia, Tarja Halonen, y después de ella el brasileño Luiz Inácio Lula da Silva. En esas circunstancias suele jugar un papel decisivo el saber o no inglés. Los presidentes que lo hablan pudieron conversar un par de minutos con el jefe de la Casa Blanca mientras los fotógrafos gatillaban. Siempre sonriente y con el cabello sospechosamente monocromático, el italiano Silvio Berlusconi estuvo un buen rato en el estrado hasta que, luego de varios gestos, Obama consiguió que siguiera camino.
Cristina Kirchner, en cambio, entró como apurada. Obama la recibió con un beso y le mostró el camino hacia el centro del escenario, pero la Presidenta interpretó que debía seguir y caminó hasta el otro extremo. “Ey”, la llamó Obama para que posaran juntos para la foto. El norteamericano le pasó la mano por el hombro.
Los presidentes cenaron por su lado, mientras que los cancilleres y acompañantes lo hicieron en otra sala con Hillary Clinton como anfitriona. Fue una cena “de trabajo”, con discursos incluidos. Obama hizo una introducción sobre el eje de la convocatoria y luego dejó paso a los oradores. Cristina Kirchner contó que hablaron unos quince mandatarios, siempre girando sobre el concepto de la seguridad nuclear.
En la comitiva insisten en que Argentina tiene las mejores cartas para intervenir en la cumbre, por sus décadas trabajando en el desarrollo nuclear y siempre con fines pacíficos. “Además, somos los únicos países del continente junto con Estados Unidos que fuimos víctimas de un ataque del terrorismo internacional”, recordó la Presidenta. También destacó los conceptos elogiosos de Hillary Clinton en un artículo difundido ayer. “En vista de su historial y su trayectoria, Argentina puede legítimamente liderar el diálogo con los países que recién se asoman al campo de la energía nuclear y con aquellos países que han violado las salvaguardas nucleares internacionales”, subrayó allí la secretaria de Estado.
La Presidenta adelantó que hoy reclamará en la sesión la necesidad de implementar “estándares globales” entre los países y que no se dé una situación en la que los países desarrollados les reclaman a los demás medidas a las que ellos no se comprometen.
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