Acompañado por su jefe de Gabinete, el secretario general y el ministro de Justicia y Seguridad, Guillermo Montenegro, quien vestía una campera fosforescente, el jefe de Gobierno porteño y precandidato presidencial del PRO, Mauricio Macri, deslindó cualquier responsabilidad de su administración en el derrumbe del gimnasio de Villa Urquiza, y afirmó que la obra contaba con la habilitación correspondiente y que la Ciudad había inspeccionado la demolición del inmueble. Adjudicó la negligencia a la empresa excavadora, "que no cumplió con el plan de obra establecido".

Macri sostuvo que hubo "una enorme impericia por parte de la autoridad técnica de la obra en construcción" y que el ingeniero que ordenó "la excavación puso en peligro las propiedades lindantes no respetando los planos que tenía presentados y aprobados". Reiteró que "la obra estaba habilitada y había sido inspeccionada en su etapa de demolición".

El jefe de Gabinete, Horacio Rodríguez Larreta, por su parte, anunció que la Ciudad se "presentará en la justicia como querellante" para que se investigue "a fondo".