El abogado de HIJOS, Claudio Orosz, relató que cuando Garzón se retiraba del tribunal fue insultado por dos de los asistentes a las audiencias en las que se juzga a más de treinta represores por el fusilamiento de 29 presos políticos detenidos en la Unidad Penitenciaria Nº 1 entre abril y septiembre de 1976. Entonces "se acercó el periodista de Radio Nacional Aldo Blanco para sacarles una foto y uno de ellos intentó, primero, sacarle la cámara, y después directamente le pegó una trompada en la nariz". En medio de la confusión Liliana Rafe de Fernández Cutielo, viuda de uno de los oficiales muertos en el copamiento al Regimiento de la Tablada, en 1989, repitió los insultos.

Garzón había arribado a Córdoba a las 8, junto con el secretario de Derechos Humanos de la Nación, Eduardo Luis Duhalde. Al entrar a la sala de audiencias, todos los acusados pidieron retirarse a una habitación contigua, luego del reconocimiento efectuado por el testigo Enrique Asbert, actual legislador provincial.

El magistrado español llegó al tribunal luego de sostener breves encuentros con el gobernador, Juan Schiaretti, y representantes de organismos de derechos humanos locales. "Los acusados -afirmó- hoy cuentan con todas las garantías de la justicia" para responder acerca de los hechos que se les imputan. Consideró "una gran experiencia" asistir al juicio de "acusados de la envergadura de Videla y Menéndez", y luego de escuchar un fragmento del relato de Asbert, sostuvo que estos testimonios "nos llevan al túnel del horror", lo cual es una "experiencia intensa como jurista y como persona", concluyó.