"Brasil tiene que ser más abierto y no solo con los aranceles. De nada sirve reducir los aranceles si se crean tantas dificultades", afirmó el canciller Celso Amorim, al referirse a las quejas de los países de la región acerca de las barreras no arancelarias que Brasil impone en su comercio con los vecinos. "No soy técnico, pero hay que mirar eso. Tenemos que pensar si los productos enfrentan esas mismas dificultades cuando circulan dentro de Brasil, de un Estado a otro", agregó.

El ministro admitió que las mayores quejas que escuchó en las reuniones preparatorias de la visita que el presidente colombiano, Juan Manuel Santos, realizará la próxima semana a Brasil fueron sobre las barreras no arancelarias. "La mayor dificultad que dicen tener las empresas colombianas son sanitarias, fitosanitaria y de controles técnicos", admitió. Agregó que los ecuatorianos también alegan que tienen dificultades para exportar productos a Brasil y que eso impide reducir el enorme superávit brasileño en su comercio con ese país, al que le vende 1000 millones de dólares anuales y del que apenas compra 30 millones.

"Tenemos que adaptar los procedimientos burocráticos para una era de integración", dijo Amorim al defender la revisión de las barreras brasileñas a las exportaciones de los países latinoamericanos. Amorim admitió que la burocracia a veces se resiste a levantar esas trabas y, por eso, dijo que es necesario que la integración pase a ser parte de un plan del país y no apenas un deseo del presidente o de la cancillería. "Es necesario que todos estén compenetrados con la integración", afirmó el funcionario al citar organismos como el Departamento fitosanitario del Ministerio de Agricultura, el Instituto de Pesos y Medidas y la Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria.

El ministro dijo que el propio Mercado Común del Sur, tras haber avanzado significativamente este año con la eliminación del doble arancel interno y la creación de un código aduanero, aún tiene que avanzar mucho más. Aseguró que el Mercosur también tiene que ampliar la cobertura de sus acuerdos sobre servicios, inversiones y compras gubernamentales con los otros países de Suramérica, hasta ahora limitados a un acuerdo sobre servicios con Chile y a negociaciones para un acuerdo sobre servicios con Colombia y a uno sobre inversiones con Chile.

"Estamos discutiendo liberar servicios con Estados Unidos y la Unión Europea y no lo discutimos con los socios del Mercosur. Tenemos que dar un salto en servicios e inversiones", dijo. "Brasil es un gran país y está destinado a tener una gran presencia en el mundo, pero, en términos económicos y comerciales, los grandes jugadores del mundo serán los grandes bloques. Y América latina puede ser un bloque con peso en la economía regional", sostuvo al insistir en la integración.