18:17 › ASESINATO DE MARIANO FERREYRA
El ferroviario Juan Carlos Pérez negó ante la jueza Wilma López haber provisto de armas a los participantes de la emboscada a los empleados tercerizados de la ex línea Roca, organizaciones sociales y partidos políticos en la que murió el militante del PO, aunque reconoció que estuvo presente el miércoles pasado en Avellaneda. "Fue convocado por el delegado Pablo Díaz (otro de los acusados en la causa), como todo empleado de los ferrocarriles", confirmó su abogada, María Cristina Benítez Morel, quien añadió que su defendido participó de una rueda de reconocimiento que resultó negativa. Además, recalcó que Pérez, "siente temor". Ayer otro testigo marcó a otro miembro de la Unión Ferroviaria, Aldo Amuchástegui, como el autor material de los disparos, mientras que Cristian Favale apuntó a otro barrabrava, Gabriel Sánchez.
Si bien ya se dictó el secreto de sumario, Benítez Morel relató que Pérez reconoció haber integrado el grupo de gremialistas de la Unión Ferroviaria que atacó a los manifestantes que intentaron cortar las vías del Roca, entre quienes se encontraba el joven asesinado, y confirmó que "oyó dos disparos detrás suyo". Además, aseguró que su defendido, que trabaja en los talleres ferroviarios de Remedios de Escalada, en el conurbano bonaerense, vio a "alguien del bando contrario" realizar otros dos disparos durante el enfrentamiento en las inmediaciones de la estación Yrigoyen "en respuesta" a los de la Unión Ferroviaria.
Pérez fue detenido por la Policía Federal anoche en Brandsen en base a la declaración de un testigo que lo relacionó con el arma homicida, "aunque no necesariamente como quien disparó" provocando la muerte de Ferreyra y lesiones graves a Elsa Rodríguez, también militante del Partido Obrero.
El nuevo involucrado se suma a Cristian Favale -sindicado como quien ejecutó el disparo- y al delegado sindical Pablo Díaz, a quienes la jueza López tomó declaración indagatoria ayer.
Los imputados negaron su participación en el homicidio de Ferreyra. Favale declaró unos pocos minutos en una audiencia que debió suspenderse por una crisis nerviosa y de llanto del imputado quien, no obstante, habría reiterado sus declaraciones periodísticas, en las que afirmó que "podía identificar" al autor del crimen, a quien describió como "un hombre robusto, de tez blanca, con anteojos y gorrita, con el tatuaje de un payaso en el brazo".
Asistido por su defensor, Sergio D'Amico, el barrabrava de Defensa y Justicia negó saber el nombre del autor de los disparos; en tanto, Díaz aseguró que los agresores se reunieron "de manera espontánea en una 'contraprotesta', al saberse de boca en boca que los tercerizados iban a cortar las vías".
El penalista Carlos Froment, defensor de Díaz, señaló que su asistido "estaba a cincuenta metros de los disparos, de modo que no vio nada, pero dijo que un testigo vio a alguien del otro lado que tiraba con un arma detrás de unos tachos de basura y que hay un colectivo de Chevallier baleado a sus espaldas".
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