Las fuerzas surcoreanas "responderán firmemente para asegurar que el enemigo no pueda volver a provocar", dijo Kim ante el Parlamento en Seúl, especificando que ello incluía ataques aéreos.

La severa advertencia del ex jefe del Estado Mayor Conjunto surcoreano se produce a diez días del ataque de artillería norcoreano contra la isla surcoreana de Yeongpeong, en el mar Amarillo, por el que murieron dos soldados y dos civiles.

Los militares surcoreanos repelieron el ataque con su propia artillería. Pero en Corea del Sur arreciaron las críticas contra el gobierno por haber actuado de forma tardía y débil. Seúl rechazó la acusación de Pyongyang de haber provocado el ataque con disparos de artillería sobre el mar en el marco de ejercicios militares.

Tres días después del incidente renunció el ministro de Defensa Kim Tae Young, quien fue reemplazado por Kim Kwan Jin. El nuevo ministro señaló que Corea del Sur debería haber repelido ya el ataque en Yeongpeong con incursiones de su Fuerza Aérea. Kim Kwan Jin sostiene que Corea del Norte no quiere arriesgarse a una guerra abierta, por tener demasiados problemas abiertos, como la debilidad de su economía y el próximo traspaso del poder de su líder Kim Jong Il a su hijo Kim Jong Un.

Los militares surcoreanos planean realizar próximamente una demostración de fuerza con una serie de ejercicios de artillería en diversos puntos del país, incluida la isla de Yeongpeong. Un portavoz del Estado Mayor se negó a confirmar informes de prensa que señalaban que comenzarían el lunes próximo.

Corea del Sur reforzó notablemente su despliegue militar en las cinco islas del mar Amarillo tras el ataque norcoreano. Hace dos días finalizaron ejercicios conjuntos con Estados Unidos en el mar Amarillo y hoy comenzaron en Japón y sus aguas territoriales otras maniobras bélicas entre fuerzas estadounidenses y niponas.