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El Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) "ha registrado un total de 14.000 marfileños refugiados en el este de Liberia, quienes huyeron por la ola de inestabilidad postelectoral en su país desde hace casi un mes", según un comunicado de la organización.

El informe revela además que ha recibido informaciones de que algunos de estos refugiados no pudieron cruzar la frontera porque se lo impidieron miembros de los ex rebeldes de Fuerzas Nuevas (FN).

"Esto obliga a los refugiados de la ciudad de Danane a desviarse de la ruta unos 80 kilómetros al sur para poder entrar en Liberia", denunció el ACNUR, que reclamó "protección para los civiles y respeto por el derecho al asilo sin obstáculos".

La tensión aumentó ayer con la amenaza formulada por los países de la Comunidad Económica de Estados de África del Oeste (CEDEAO) de recurrir a la "fuerza legítima" si Gbagbo no cede. El organismo advirtió también a los responsables que "los juzgarán tribunales internacionales por haber violado los derechos humanos", tras los actos violentos que dejaron 173 muertos según la ONU entre el 16 y el 21 de diciembre.

"Hacemos un llamamiento a la CEDEAO para que no tome el camino de la delincuencia política", respondió un vocero de Gbagbo, ante la exigencia de los presidentes de la organización regional de "la entrega pacífica del poder por Laurent Gbagbo a Alassane Ouattara, de acuerdo con los deseos expresados por el pueblo marfileño" en las elecciones.

Tras su reconocimiento como presidente electo por la comunidad internacional, Ouattara se expresó "como comandante supremo de las Fuerzas Armadas" y exigió a los militares que "protejan a nuestro pueblo de la milicia de mercenarios y extranjeros que derraman la sangre en Costa de Marfil".