Más de cien mil espectadores abarrotaron las gradas del Camp Nou en la celebración de la Champions conquistada en Wembley, una fiesta breve, en la que sólo se dirigieron a los espectadores ocho futbolistas y que finalizó con un espectáculo de música y fuegos artificiales. Antes de llegar al estadio, los campeones de Europa recorrieron la ciudad saludando y exhibiendo la copa a miles de catalanes.

Instalados en una tarima situada en el centro del Camp Nou, donde posaron con las Copas de la Liga y de la Champions, conquistadas junto con la Supercopa de España este año, el discurso más afilado fue el de Piqué, quien reivindicó los triunfos del Barça: "Nosotros, ni nos drogamos ni nos tiramos (al suelo) ni compramos a los árbitros, sólo jugamos a fútbol".

Por su parte, el arqueo Víctor Valdés reivindicó la catalanidad del Barça al atar una bufanda con la bandera catalana en la copa de la Liga. "Les debíamos una Champions desde el año pasado y aquí la tienen, desde Wembley para todos vosotros", celebró el arquero.

El ya histórico Carles Puyol pidió a los aficionados que celebren el título porque "cuesta mucho" ganarlo y Xavi Hernández, uno de los más destacados en la final de ayer, recordó que el equipo "es cojonudo".