Al Chuedi al Hamidi, el colaborador de Khadafi a quien buscaban, salió ileso del ataque pero entre las víctimas mortales estarían dos de sus hijos y una de sus nueras. La mayoría de las víctimas, denunció el portavoz, integraba la familia de Hemidi, mientras que las otras eran vecinas, y advirtió que se trató de un "acto terrorista que no puede ser justificado de ningún modo", según informó la agencia Ansa.

Según la cadena televisiva BBC, ocho misiles tierra-aire impactaron en el complejo de edificios de Surman, 80 kilómetros al oeste de Trípoli. El cronista precisó que entre los muertos "hay dos niños y una mujer embarazada". Luego, la OTAN admitió haber efectuado un bombardeo pero insistió en que su blanco era un objetivo militar. La Alianza Atlántica dijo en una declaración que sus aviones llevaron a cabo un ataque de precisión "contra un centro de comando y control de alto nivel" en la región de Sorman, 70 kilómetros al oeste de la capital libia.

"Este bombardeo va a reducir consideablemente la capacidad de las fuerzas del régimen de Gadafi para continuar con sus bárbaros ataques contra el pueblo libio", declaró el comandante de la operación, el general canadiense Charles Bouchard. "Cualquiera que sea el lugar donde Khadafi intente esconder sus centros de comando y control, los hallaremos y los destruiremos", agregó.

El canciller italiano, Franco Frattini, por su parte, advirtió en Luxemburgo que "la OTAN tiene en prueba su credibilidad" y sostuvo que "no se puede correr el riesgo de matar civiles".