La onda expansiva derrumbó dos casas y un almacén, y destruyó un comedor infantil y un centro de asistencia integral aledaño, además de paredes y vidrios de propiedades vecinas. También resultaron totalmente destruidos tres automóviles.

Las primeras versiones de los testigos señalaron que antes de la explosión vieron "una bola azul que cayó del cielo", conjeturas que alimentaron la posibilidad de que se tratara de la caída de un meteorito u otro objeto incandescente, y que obligaron al ministro de Justicia y Seguridad bonaerense, Ricardo Casal, a reconocer que se estaban evaluando "todas las hipótesis, que van desde una explosión hasta algo extraño proveniente por vía aérea", pero con el correr de las horas dichas versiones se fueron desvaneciendo ante la falta de evidencias del fenómeno.

Casal, sin embargo, luego de calificar la explosión como "un desastre", aclaró que en el lugar "no se encontró ningún cráter sino un punto ígneo focalizado y muy concreto, surgido por la onda expansiva".

Por su parte, el coordinador de Astronomía del Planetario de la Ciudad de Buenos Aires, Mariano Ribas, aunque afirmó que en la Argentina no hay antecedentes de destrucción de viviendas por meteoritos, sostuvo que tampoco había que descartar que la explosión de Monte Grande estuviera vinculada con la caída de un "fragmento de un meteorito o de un satélite en desuso: tranquilamente un pedazo de un meteorito del tamaño de una pelota de fútbol o de un televisor puede provocar un daño como se vio".

En tanto, el intendente de Esteban Echeverría, Fernando Gray, pidió prudencia y sostuvo que "hay que dejar que hablen los peritos". La versión del "meteorito" comenzó por la difusión, desde los medios, del testimonio de un joven que dijo haber visto caer una "bola de fuego" antes de la explosión. Por la tarde, la policía la detuvo por "falso testimonio".