Monti fue convocado al Palacio Quirinal, sede de la jefatura del Estado, luego de que Napolitano concluyera una jornada de consultas con los partidos con representación parlamentaria, con los titulares del Senado y la Cámara de Diputados y los expresidentes de la República, para buscar una solución a la crisis de Gobierno desatada tras la salida de Il Cavaliere.

"Es indispensable recuperar la confianza de Europa y de la comunidad internacional", afirmó Napolitano minutos después de designar a Monti, quien, por su parte, aseguró que "Italia puede superar esta situación con el esfuerzo común".

Por la mañama, luego de la reunión con la Liga Norte -socio menor de la coalición encabezada por Berlusconi y cuyo líder, Umberto Bossi, reiteró que su partido estaría en la oposición al nuevo gobierno-, el presidente italiano había mantenido un encuentro con el saliente primer ministro y una representación de su partido, Pueblo de la Libertad (PDL).

En tanto, en una carta enviada al secretario general del partido La Derecha, Francesco Storace, "Il Cavaliere" precisó que "existe gente que trabaja desde hace tiempo para que el péndulo" de la política italiana vaya "marcha atrás".

Según explicó, su gobierno siguió adelante "con la conciencia de que la mayoría elegida por los italianos tenía el derecho y sobre todo el deber de gobernar, pero al final en el Parlamento prevaleció la lógica de los pequeños chantajes y del transformismo que es el vicio más antiguo de la política italiana".

Berlusconi también destacó que la "fuga" de los integrantes del partido Futuro y Libertad, liderados por el Presidente de la Cámara, Gianfranco Fini, fueron "el pecado original" que minó "el recorrido de una legislatura.