"El desenlace está próximo", señaló una fuente cercana al caso. Mientras que un especialista le aseguró a AFP que las detonaciones se tratarían de un signo de que un asalto fue lanzado por las fuerzas especiales con ayuda de explosiones incapacitantes, pero esta hipótesis no ha sido confirmada por el momento.

Por su parte, el presidente francés, Nicolas Sarkozy, declaró que los militares asesinados en Montauban y Toulouse fueron víctimas de una "ejecución terrorista", y que su asesino quería "poner a la República de rodillas". En una ceremonia en Montauban en homenaje a los tres militares asesinados el 11 y el 15 de marzo, el mandatario recalcó que "la República no cedió".

"La policía, la gendarmería, la justicia, gracias a su trabajo, lograron identificar al presunto asesino, que en el momento en que hablo está rodeado por las fuerzas del orden" en Toulouse, dijo el presidente, quien aseguró que los "crímenes no quedarán impunes". Por las siete víctimas "cobardemente asesinadas", dijo incluyendo a los cuatro judíos asesinados en Toulouse, "tenemos un deber imperioso: la unidad nacional".

Hasta la ultraderechista Marine Le Pen, candidata presidencial del Frente Nacional, advirtió sobre "el riesgo del fundamentalismo" que, en el caso de Toulouse, "fue subestimado" por las fuerzas de seguridad. Pero de paso aprovechó para lanzar sus dardos: "Hemos sido demasiado laxos". Sus declaraciones se conocieron tras la información de que el supuesto asesino estaba rodeado y dijo tener vínculos con Al Qaeda.