El Juez de Instrucción Mauricio Zabala consideró a Néstor Guerrero, el dueño del edificio, y Alberto Luis Diez, el arquitecto de la obra, como "coautores materiales del delito de estrago doloso agravado por haber puesto en peligro de muerte a un número hasta la fecha no determinado de personas y causado la muerte de 7 personas, previsto en los artículos 186 inc. 4to. y 5to. y 45 del Código Penal".

En el caso de José Alfonzo Silva Enríquez, encargado de la obra que provocó la caída de la estructura, se lo acusó de ser "partícipe necesario del delito de estrago doloso agravado por haber puesto en peligro de muerte a un número hasta la fecha no determinado de personas y causado la muerte de 7 personas".

En los considerandos de la medida, el juez afirmó que Guerrero y Diez llevaron adelante la construcción de departamentos en la planta alta del edificio donde funcionaba el supermercado Cooperativa Obrera "sin iniciar los trámites de habilitación pertinentes conforme lo indica la reglamentación municipal vigente".

"El fin fue evitar las correspondientes constataciones estructurales sobre la propiedad preexistente, teniendo los conocimientos necesarios para objetivamente saber que el peso de dicha obra colapsaría parte de la estructura de la misma", indicó. Agregó que "ese saber radica en que los imputados participaron de la construcción del local de la planta inferior y por su experiencia en el rubro de la construcción de por lo menos diez años, comprendían que no resistiría el peso de la planta superior".

Señaló que "el peso de la obra nueva, las deficiencias en el armado y el hormigón constituyente de las columnas y las violaciones a las normas municipales, provocaron que el día 25 de octubre de 2012, aproximadamente a las 19.45 colapsaran las columnas ubicadas en cuarto y quinto lugar".

Al capataz de la obra lo encontró responsable de "haber prestado una colaboración indispensable para llevar adelante la construcción de diez departamentos en la planta alta de la estructura en esas condiciones".