Las movilizaciones comenzaron a las 6 de la mañana con piquetes en rutas y puentes que duraron hasta antes del mediodía, como el que hasta las 10 realizó un sector de la UOCRA en la terminal de ómnibus de Retiro y el que en Panamericana hicieron los trabajadores de Kraft, hasta las 11.

A las organizaciones gremiales y sociales que integran las centrales obreras que realizaron el paro se sumaron el Partido Obrero, la Izquierda Socialista, el Movimiento Socialista de los Trabajadores en Proyecto Sur y el Partido de los Trabajadores Socielistas, al que responde Claudio Della Carbonara, el dirigente de subterráneos de la línea B que es la única que no presta el servicio.

Además de las agrupaciones de izquierda, el paro es motorizado por los gremios que se congregan bajo la conducción del gastronómico Luis Barrionevo y los sectores rurales de la Federación Agraria, con el apoyo de la Sociedad Rural Argentina, entre otros sectores.

Durante el acto de finalización del corte sobre el Puente Pueyrredón, el titular de la CTA opositora consideró que la medida de fuerza fue "un éxito en todo el país" y criticó al Gobierno por "preocuparse más por el derecho a transitar libremente que por el derecho a huelga". Dijo que "sería bueno una convocatoria de la Presidenta a quienes pensamos distinto" y advirtió que "si no hay respuestas, vamos a hacer paro y cortar rutas y puentes todas las veces que sea necesario".

Frente a los miembros de organizaciones sociales y partidos de izquierda que se convocaron en el puente que une Avellaneda con la Ciudad de Buenos Aires, Pablo Micheli criticó a quienes dijeron que el paro no tuvo un alto acatamiento y exigió al ministro de Trabajo, Carlos Tomada, que "en lugar de chuparle las medias a los empresarios, se ocupe de crear trabajo digno y genuino".

Además, fustigó al jefe de Gabinete, Juan Manuel Abal Medina, por haber calificado de "piquetazo más que paro" a esa medida de fuerza, al pedirle "que recorra las calles y va a encontrar que están desiertas como si fuera un domingo".

También disparó contra "la burocracia sindical alcahueta del Gobierno que hace que los trabajadores no puedan decidir" y acusó al Ejecutivo nacional de "agarrarse de preceptos neoliberales" a la hora de hablar de libertad de trabajo.