21:11 › LEJOS DE LA PACIFICACIóN PROCLAMADA POR EE.UU.
En la jornada más sangrienta de los últimos seis meses, los ataques cometidos en un lapso de dos horas, en su mayoría con coche bomba dirigidos contra pequeños restaurantes y paradas de colectivo en Bagdad y otras localidades, provocaron al menos 65 muertos y más de 200 heridos en vísperas del décimo aniversario de la invasión estadounidense.
A pesar de que la violencia disminuyó abruptamente en Irak desde que un brote de violencia sectaria dejó al país al borde de la guerra civil en 2006 y 2007, la insurgencia islamista conserva la capacidad de asestar duros golpes tanto en Bagdad como en otras ciudades menos custodiadas que la capital. Los ataques llegaron en vísperas del décimo aniversario del día en que el expresidente George W. Bush anunció el inicio de hostilidades contra Irak con el argumento, hoy desacreditado, de que el gobierno de Saddam Hussein tenía armas de exterminio que jamás aparecieron.
La invasión, que no contó con el aval legal de la ONU, comenzó en la madrugada del 20 de marzo, y aunque para abril ya había logrado derrocar a Saddam, desató la violencia entre sunnitas y chiitas, dejando 100.000 iraquíes y 4500 soldados estadounidenses muertos.
Una década después, todavía es materia de discusión y polémica si la invasión hizo de Irak un país más estable y democrático. Muchos argumentan que Irak es más libre que durante la era de Saddam, pero otros señalan que el gobierno chiita que tomó las riendas del país es más aliado de Irán que de Estados Unidos y tan opresor con la minoría sunnita como lo era el gobierno sunnita de Hussein respecto de las mayorías chiitas y los kurdos.
Pese a que nadie reivindicó la autoria de los atentados de la jornada, el modus operandi es idéntico al utilizado por el brazo local de la red islamista Al-Qaeda en otras acciones previas, incluidos ataques ocurridos la semana pasada. El primer ataque ocurrió en Bagdad a las 8, cuando una bomba detonada frente a un restaurante dejó cuatro muertos y varios heridos en el barrio de Mashtal. Minutos después, dos jornaleros murieron y ocho fueron heridos por otra bomba en una zona de Nueva Bagdad. Otras tres explosiones sacudieron luego el barrio chiita bagdadí de Sadr City y causaron 10 muertos, incluyendo tres personas que viajaban en un colectivo. El atentado más letal ocurrió poco antes de las 10 de la mañana en las cercanías del Ministerio de Desarrollo Social, en el este de Bagdad, donde la explosión de un coche bomba provocó la muerte a siete personas e hirió a 21, informó la policía.
Otro de los ataques en Bagdad ocurrió en los alrededores de un restaurante ubicado cerca de la fortificada Zona Verde, área que alberga las oficinas gubernamentales y varias embajadas, donde un coche bomba dejó otros seis muertos, a quienes se agregaron otras 36 víctimas en los barrios chiitas bagdadíes de Hussainiyah, Zafarniyah, Kazimiyah, Shula, al-Shurta y Utaifiya y en las ciudades de Mosul (norte), Taji (centro), Tarmiyah (centro), Baquba (noreste de Bagdad) e Iskandariya (sur de la capital).
Los atentados convirtieron la jornada en la más letal desde el 9 de septiembre del año pasado, cuando 92 personas murieron en otra ola de ataques reivindicados por Al Qaeda. A pesar de que la violencia demuestra una vez más que la situación en Irak no se estabilizó tras la retirada de las tropas yankies el 18 de diciembre de 2011, en una de las pocas conmemoraciones oficiales en Estados Unidos por el décimo aniversario de la invasión, el presidente Barack Obama emitió un comunicado para honrar a los veteranos de la guerra y a los caídos en Irak, y dijo que su sacrificio permitió que los iraquíes forjaran su futuro.
Sin embargo, la suerte del gobierno de unidad nacional, encabezado por el chiita Nuri al Maliki, tiene actualmente poco de unidad tras el boicot de ocho de sus ministros, pertenecientes a la coalición opositora Al Iraqiya, integrada por sunnitas y chiitas, quienes decidieron boicotear el Ejecutivo en solidaridad con las protestas iniciadas el año pasado en provincias de mayoría sunnita como Al Anbar, Nínive y Salahedín. Los sunnitas se quejan de la discriminación a la que son sometidos por parte de Al Maliki, después de haber gozado de privilegios durante la época de Saddam.
Por otro lado, no parece que la tensión política vaya a resolverse conforme se acerca la fecha de las elecciones a los Consejos Provinciales del próximo 20 de abril. En un principio, estaba programado que los comicios se celebraran en todas las provincias del país menos en las tres que constituyen la región autónoma del Kurdistán de Irak, en el norte. Sin embargo, el gobierno de Bagdad decidió retrasar por un periodo máximo de seis meses su celebración en Al Anbar (oeste) y Nínive (norte) por motivos de seguridad.
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