13:35 › DESDE EEUU
La directora general del FMI, Christine Lagarde, afirmó que la crisis internacional podría entrar en una "fase más difícil" porque, según previsiones del organismo multilateral, se observa "una cierta desaceleración del crecimiento" en países como Alemania, Francia o China. En un discurso en la Brookings Institution, la titular del fondo reiteró que la zona euro, en recesión por sexto trimestre consecutivo sigue siendo "la principal fuente de preocupación" de la economía mundial.
Lagarde informó sobre una baja en la previsión de crecimiento de Francia y dividió por dos la de Alemania. Además, a fines de mayo, las previsiones del Fondo para China también bajaron de 8 por ciento a 7,75 por ciento para la segunda economía mundial este año. En tanto, al referirse a la mejora de la ocupación laboral del mes de mayo en España, advirtió que si bien son "noticias positivas", la mayoría corresponde a empleos de carácter temporal.
"Por lo tanto, podríamos estar entrando en una época más débil. Esto sólo refuerza mi mensaje principal: hacer políticas más fuertes para evitar que la economía global se vuelva más débil", incidió la directora gerente del FMI, que advirtió del "largo camino" que aún debe recorrer la eurozona en el proceso de recuperación de la crisis.
A pesar de la ayuda que coordinó junto a la Comisión Europea (CE) y el Banco Central Europeo (BCE), Lagarde reconoció que la economía de la eurozona está "atascada a velocidades bajas" y los indicadores no son "alentadores". En concreto, destaca que el desempleo sigue aumentando, especialmente entre los jóvenes, y el crédito a las empresas sólo está creciendo de forma gradual y nada absolutamente en países como España o Italia.
En este contexto, Lagarde reclamó una nueva agenda centrada en el crecimiento y en el empleo que combine medidas tanto a nivel nacional como europeo. Concretamente, manifestó la necesidad de reformas estructurales en algunos países para fomentar la competitividad, así como un adecuado ritmo de consolidación fiscal.
En su opinión, los países bajo la presión de los mercados no tienen muchas más opciones que atenerse una senda "estable y coherente" de ajustes, pero en el resto el ritmo debe adecuarse a la velocidad de la recuperación y acomodarse al crecimiento, algo que están comenzado a reconocer las autoridades europeas, según despacho de Europa Press.
En esta misma línea, también pidió al Banco Central Europeo (BCE) que mantenga su política monetaria acomodaticia y continúe con el saneamiento de su sector bancario y la puesta en marcha de una "verdadera unión bancaria".
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