"Este día estaré enviando al Senado de la República una iniciativa de reforma a los artículos 27 y 28 de la Constitución que confirma la propiedad de la Nación sobre los hidrocarburos y permite al país aprovechar los abundantes recursos energéticos bajo la estricta rectoría del Estado", indicó Peña Nieto. La reforma propone permitir "contratos de utilidad compartida" con particulares en hidrocarburos y petróleo, manteniendo "el control absoluto sobre el petróleo" por parte del Estado.

El gigante petrolero estatal Petróleos Mexicanos (Pemex) "no se vende ni se privatiza", enfatizó el mandatario, quien dijo que no se permitirán "contratos de producción compartida". Peña Nieto indicó que las reformas permitirían pasar de una producción de 2,5 millones de barriles diarios de petróleo a tres millones para 2018 y 3,5 millones para 2025, después del declive registrado en los últimos ocho años.

El presidente mexicano justificó su reforma diciendo que la propuesta original del exmandatario nacionalista Cárdenas permitía la colaboración de empresas privadas con el Estado y fue décadas más tarde, en 1960, que una enmienda prohibió por completo la celebración de contratos con empresas privadas. "El espíritu de esta reforma recupera lo mejor de nuestro pasado para conquistar el futuro", consignó.

Para su aprobación, una reforma constitucional requiere el voto de dos terceras partes de las Cámaras y luego de la mayoría de los 31 Congresos estatales. El gobernante Partido Revolucionario Institucional (PRI) carece de mayoría propia, pero también el opositor Acción Nacional (PAN) quiere abrir el sector al capital privado, mientras que la izquierda está en contra. El PAN ya ha presentado una iniciativa propia y la izquierda lo hará en los próximos días.

El PAN afirmó que la propuesta de Peña Nieto es de "mínimos" y que había esperado algo más "ambicioso". "Suena tímida", dijo el presidente del partido, Gustavo Madero. "Es tímida porque no incluye una visión muy contundente de abrir a la competencia a Pemex. Sí fortalecer a Pemex pero que no siga siendo una paraestatal monopólica", expresó.

Por parte de la izquierda, el líder del Partido de la Revolución Democrática (PRD), Jesús Zambrano, consideró que no hace falta reformar la Constitución para modernizar el sector energético y dijo que su partido defenderá esa postura. En tanto, el dirigente del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), Martí Batres, cercano al combativo excandidato presidencial de izquierda Andrés Manuel López Obrador, fue más allá y señaló que la reforma es una "gran traición al pueblo y a la historia de México".

El ministro de Energía Pedro Joaquín Coldwell dijo que México necesita poder asociarse con quienes tienen el capital, la tecnología y los conocimientos para explorar yacimientos no convencionales de hidrocarburos en aguas profundas y ultraprofundas del Golfo de México y en campos de gas lutitas. Dijo que el esquema de "contratos de utilidad compartida" que propuso Peña Nieto para el sector petrolero es similar al que existe en Ecuador, Bolivia e Irán.