Morales y Rousseff se reunieron ayer en Surinam, donde se realizó la cumbre de la Unasur, oportunidad en la que la mandataria expresó su "completo repudio" por la fuga de Pinto de la embajada en La Paz donde estaba refugiado, sin salvoconducto y con la ayuda de un diplomático brasileño.

Pinto, senador por la opositora Convergencia Nacional, fue acogido en la embajada brasileña el 28 de mayo de 2012, fecha en la que pidió asilo a Brasil bajo el argumento de que era objeto de una persecución política, acusación negadada por las autoridades bolivianas.

La fuga, hace una semana, del legislador hacia Brasilia causó una crisis diplomática que desembocó en la dimisión del canciller brasileño, Antonio Patriota. El gobierno boliviano pidió a Brasil que "devuelva" al senador, al que acusa en varios juicios de actos de corrupción, mientras que la Fiscalía General solicitó a la Interpol que emita una "notificación roja" para su captura y entrega.

Ayer, Rousseff le explicó a Morales que ella "jamás hubiera concordado con retirar a un asilado de una embajada propia sin garantías plenas en relación a su vida y su seguridad" y que la permanencia de Pinto en Brasil depende ahora del Consejo Nacional de Refugiados (Conare) del Ministerio de Justicia, que evaluará si corresponde otorgarle asilo o no, trámite para lo cual el organismo no tiene plazos.