Venezuela denunció el 10 de septiembre del año pasado la Convención Americana de Derechos Humanos (CADH), que da base jurídica a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y a la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CorteIDH), mecanismos a los que el presidente Hugo Chávez acusó entonces de estar manipulados por Estados Unidos.

En una rueda de prensa, el canciller Elías Jaua dijo hoy que "ratificamos esa decisión soberana". Ayer el mandatario Nicolás Maduro señaló que el organismo "se cree un poder supranacional, se cree que son un poder por encima de gobiernos legítimos del continente".

"Mientras estemos aquí no dejaremos que nadie mancille a Venezuela. Nadie se mete con Venezuela. Ya basta. Se le acabó el tiempo a la CIDH", sentenció Maduro desde el Palacio de Miraflores en Caracas, citado por la Agencia Venezolana de Noticias (AVN). El jefe de Estado recordó el reconocimiento que la CIDH le dio al gobierno de facto de Pedro Carmona Estanga, surgido del golpe a Chávez en abril de 2002.

En tanto, el vicepresidente Jorge Arreaza tildó hoy de "sabia, justa y soberana" la retirada del país de la Convención Americana de Derechos Humanos (CADH). "La decisión del comandante Chávez, cumplida por @NicolasMaduro, al separarnos del Sistema Interamericano de Justicia, es sabia, justa y soberana", escribió Arreaza en la red social Twitter.

La ministra venezolana de Comunicación e Información, Delcy Rodríguez, tambié se expresó a través de la red social a favor de la decisión. "La CIDH tiene una deuda histórica con el pueblo de Venezuela !Jamás se pronunció sobre asesinatos y violaciones de DDHH en la IV República!", escribió en alusión a los gobiernos democristianos y socialdemócratas que se alternaron en el poder los cuarenta años previos a la primera elección de Chávez, en diciembre de 1998. "Sepan, señores de la CIDH, que nuestra Constitución NO contempla la jurisdicción universal aniquiladora de la soberanía nacional", agregó.

Por su parte, la opositora Mesa de la Unidad Democrática denunció que la retirada de Venezuela del Sistema Interamericano de Derechos Humanos deja a los ciudadanos venezolanos en una situación de "indefensión". Según un comunicado de la oposición, la medida es "una de las acciones más graves realizadas en contra de la protección de los derechos humanos" y un "duro golpe de signo netamente reaccionario".