Los jueces José Martínez Sobrino, Javier Anzoategui y Rodrigo Giménez Uriburu fijaron ese día para comenzar el proceso en el que se estima declararán alrededor de tres centenares de testigos en los tribunales de Comodoro Py 2002.

En el banquillo de los acusados estarán, entre otros, el ex secretario de Seguridad Enrique Mathov y el exjefe de la Policía Federal Rubén Santos, sobre quienes pesa la acusación por los homicidios culposos de Gastón Riva, Carlos Almirón, Diego Lamagna, Alberto Márquez y Ariel Benedetto y centenares de lesiones a manifestantes.

La fecha fue dispuesta días después de que la Cámara Federal de Casación Penal ordenase que se fije "en forma inminente" la audiencia para "el inicio del juicio oral", mediante una resolución de Superintendencia que firma el presidente del tribunal, Gustavo Hornos, en la se le indicó al TOF6 la "impostergable necesidad de fijar audiencia de debate".

La Cámara hizo referencia a "razones de celeridad y efectiva y eficiente administración de justicia", según se desprende de la escueta resolución de menos de veinte líneas, a la que Télam tuvo acceso y en la que se recuerda que el tribunal "se encuentra integrado desde el 21 de diciembre de 2011" y es "impostergable" la "necesidad de fijar audiencia de debate de manera inminente en estas actuaciones atento el tiempo transcurrido".

El TOF6 preveía comenzar el 12 de agosto el juicio contra dos policías que participaron de la violenta represión, pero difirió el inicio ante "la necesidad de garantizar la realización de un único debate" con todos los imputados, entre ellos Mathov y Santos y los jefes policiales Norberto Gaudiero y Raúl Andreozzi.

Hace dos semanas, el presidente del Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS), Horacio Verbitsky, junto a las familias querellantes, había solicitado al TOF 6 que “terminen las dilaciones y chicanas” y señaló que las demoras no se deben a la complejidad de la causa “sino pura y exclusivamente al sistema de trabajo impuesto” por los jueces que intervinieron desde entonces. “Tomaron una causa única y la fragmentaron en cinco. No pusieron ningún límite a las dilaciones y chicanas de las defensas políticas", apuntó.