La querella había pedido seis años de prisión para Espósito, el máximo de la pena para el delito por el que se lo juzga, que es sólo por la detención del Walter Bulacio y no por las torturas previas a su muerte, las cuales fueron reconocidas por el Estado argentino y probadas por la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).

El fiscal Horacio Fornaciari pidió que se condene a dos años de prisión al excomisario, cuatro menos de los que pidió la familia Bulacio. La pena será resuelta por el tribunal integrado por los jueces Rodolfo Gustavo Goerner, María Cristina Deluca Giacobini y Alejandro Litvack, quienes ofrecerán al imputado la posibilidad de expresar sus últimas palabras.

Los hechos ocurrieron el 19 de abril de 1991 en inmediaciones del Estadio Obras Sanitarias, de Núñez, donde se iba a desarrollar el recital de Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota, y centenares de personas que se dirigían a ese escenario fueron detenidas por la policía, entre ellas Bulacio.

Quienes detuvieron al joven en su momento invocaron el Memorando 40, una disposición pergeñada por dos magistrados correccionales en 1967, que autorizaba a los comisarios a no dar intervención a la Justicia por la detención de un menor de 18 años (siempre que no fuera por un delito), cuando el propósito era entregárselo a los padres.

Bulacio murió como consecuencia de un “aneurisma no traumático” tras ser alojado en la comisaría 35, de la cual Espósito era el comisario. Sin embargo, sólo está procesado por la "detención ilegal" del joven y no por “torturas seguidas de muerte”.