Para el funcionario, los trabajadores "no cumplen" con el "honor" que le deben a sus labores "cuando llevan adelante medidas que perjudican a miles de pasajeros" con retrasos en el servicio, y opinó que "cuesta comprender que, en un momento donde hay un proceso de transformación enorme donde va a haber un antes y un después, algunos sectores lleven adelante una medida salvaje como la de la semana pasada".

La medida de fuerza que duró una semana fue un quite de colaboración que, para Randazzo, fue "un paro encubierto que perjudicó a miles y miles de personas", y que cesó cuando los trabajadores aceptaron en asamblea acatar a la conciliación obligatoria dictada por el Ministerio de Trabajo para encontrar una solución al conflicto.

Los delegados liderados por Rubén "Pollo" Sobrero reclaman un aumento salarial del 40 por ciento y una indemnización por el pase del servicio de la línea Sarmiento de la empresa privada TBA al Estado nacional.