En mayo pasado, los abogados de Macri solicitaron a la Sala I de la Cámara Federal que confirmara la decisión del juez Casanello, quien a principios de marzo anuló la resolución que había dictado Norberto Oyarbide –a cargo de la investigación– que daba por terminada la pesquisa respecto del líder del PRO, y también descartó las acusaciones de los querellantes y la fiscalía para ordenar nuevas medidas.

A Macri se lo investiga por las pinchaduras a los teléfonos de su cuñado, Daniel Leonardo, y del dirigente de familiares de AMIA Sergio Burstein en la época en que cuestionaba el nombramiento de Palacios en policía. El tribunal que avaló la decisión de Casanello es el mismo tribunal que en julio de 2010 ratificó el procesamiento del jefe de gobierno porteño como parte de una asociación ilícita.

En aquella resolución, la Sala I de la Cámara responsabilizó a Macri en el “armado” de “una estructura de inteligencia subterránea” y “prohibida por la ley” vinculada con “su Policía Metropolitana” y sostuvieron que su función fue “asegurar que la matriz del aparato clandestino de inteligencia se instale en su gobierno, se nutra de recursos y, de tal suerte, pueda funcionar”.

La causa de las escuchas se inició cuando la hija de Burstein atendió el teléfono y le dijeron: “A tu papá lo está escuchando el Fino Palacios”. El juzgado que recibió el expediente, entonces al mando de Oyarbide, constató que a Burstein lo escuchaban, y resultó ser que lo grababan desde la ex SIDE, en función de órdenes judiciales en causas truchas, armadas, que emitían dos juzgados de Misiones.

La gestión para esas pinchaduras las hacía James, según se estableció, e incluso era él quien retiraba las grabaciones de la Secretaría de Inteligencia. Cada vez que hacía ese trámite hablaba con Palacios, y también lo hacía en horarios no laborales, nocturnos, lo que denotaba una relación cercana. James estaba contratado como asesor legal del Ministerio de Educación (aunque no hay rastros de ese trabajo), entonces encabezado por Narodowski, con quien se le detectaron cerca de medio centenar de llamadas.