14:18 › "AUNQUE ESTá LEJOS DE NUESTRO PROGRAMA"
El Congreso heleno se dispone a votar el paquete de medidas económicas enviado anoche por el gobierno del país a sus acreedores y socios de la eurozona en un último intento por obtener un nuevo "rescate" financiero que evite la bancarrota y la salida griega del euro. El plan contempla recortes en jubilaciones y subas de impuestos a cambio de un préstamo de tres años por 53.500 millones de euros y una quita de deuda.
En su discurso ante Parlamento al inicio del debate, el primer ministro reconoció que las medidas no se corresponden con sus promesas de campaña, pero que el país no tiene otra alternativa. "No quiero ocultar la verdad. El acuerdo que se debatirá en el Eurogrupo está lejos de nuestro programa", dijo Alexis Tsipras, quien admitió que las medidas son duras, pero subrayó que rechazarlas abriría la puerta a un "campo minado".
Además, advirtió que círculos conservadores de Europa quieren que Grecia fracase. "Decidimos evitar un 'Grexit'", aseguró, respaldando la permanencia del país en la eurozona y en rechazo de su exclusión, barajada a distintos niveles durante los recientes meses de negociación. Tsipras aseguró que su gobierno hizo en los últimos seis meses "todo lo humanamente posible" para sacar al país de la crisis sin aplicar más medidas de ajuste, pero instó al legislativo a respaldar la actual estrategia y recordó que el país se encuentra al borde de la quiebra.
Se espera que el Parlamento respalde la propuesta oficial ya que casi todas las agrupaciones de oposición anunciaron que votarán por el "sí", en apoyo de la estrategia. Sin embargo, Tsipras podría perder la mayoría de gobierno debido a que varios congresistas de izquierda y del ala derecha de su coalición rechazan las reformas y recortes propuestos.
La oferta, contenida en un documento de 13 páginas, hace concesiones a los acreedores en varios puntos que la coalición de Tsipras -y el pueblo griego en un referéndum celebrado el domingo pasado- había rechazado, aunque busca limitar cambios en otras cuestiones espinosas.
El líder del partido opositor To Potami, Stavros Theodorakis, predijo que una "gran mayoría" respaldará la propuesta, advirtiendo que no hay más tiempo para discusiones y que el pueblo griego quiere un acuerdo que ponga fin a "la angustia y el estrangulamiento" que sienten.
En el otro extremo, el líder del ala izquierdista de Syriza, el ministro de Energía, Panayotis Lafazanis, afirmó que el plan "no es compatible" con el programa de la coalición, que "no ofrece ninguna perspectiva para la economía" y que "el 'No' del pueblo en el referéndum no puede traducirse en un 'sí' humillante".
La oferta de Grecia será discutida mañana por los ministros de Finanzas de la zona euro, o Eurogrupo, antes de una cumbre de líderes de los 28 países de la Unión Europea (UE) prevista para el domingo.
El plan comenzó a ser estudiado hoy por las tres instituciones acreedoras de Grecia, la Comisión Europea (CE), el Banco Central Europeo y el FMI, quienes luego la elevarán a la consideración del Eurogrupo, dijo el vocero de la CE, Margaritis Schinas, desde Bruselas. Aunque el gobierno de la canciller de Alemania -el principal acreedor de Grecia-, Angela Merkel, se negó a comentar la propuesta, el presidente de Francia, Francois Hollande, dijo que era "seria y creíble".
El primer ministro italiano, Matteo Renzi, por su parte, dijo que estaba confiado en que se alcance un acuerdo "ya mañana" durante la reunión del Eurogrupo, cuyo presidente, el ministro de Finanzas holandés, Jeroen Dijsselbloem, dijo que el paquete griego era "exhaustivo", aunque no quiso especular sobre si será suficiente para convencer a sus pares.
Imposibilitada de financiarse en los mercados dado los intereses que debería pagar, Grecia recibió ya dos rescates por 240.000 millones de euros de sus socios de la eurozona, el BCE y el FMI desde 2010, que sin embargo no fueron suficientes para cubrir su enorme rojo en las cuentas públicas.
Tras seis meses de ásperas negociaciones, durante los cuales Grecia entró en mora con el FMI al incumplir un pago de deuda y perdió el acceso a miles de millones de euros al expirar su segundo rescate, el 30 de junio, el país solicitó un tercer rescate por tres años y 53.500 millones de euros.
En la víspera, una hora y media antes de vencer el plazo dado por sus acreedores, Grecia presentó el paquete de medidas que se le exigen a cambio del nuevo préstamo. La propuesta hace lugar a las exigencias de los acreedores respecto a elevar la edad de jubilación, subir el IVA y acelerar privatizaciones de empresas estatales, pero busca limitar cambios como exenciones impositivas a las islas griegas y recortes al gasto en Defensa.
El "rescate" pedido por Grecia al Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE) serviría para cubrir los vencimientos de aquí a junio de 2018. En ese periodo, Grecia debe abonar 46.000 millones de euros de bonos en poder de BCE y préstamos del Fondo Monetario Internacional (FMI), así como 7500 millones de euros para la devolución de créditos tomados en los últimos meses por las agencias gubernamentales.
Las negociaciones se han realizado en medio del "corralito", con los bancos cerrados y los ahorristas impedidos de retirar de los cajeros más de 60 euros por día, mientras muchos comerciantes se niegan a aceptar pagos con tarjeta de débito o crédito y exigen sólo efectivo. Además, todas las transferencia de dinero al exterior requieren de un permiso especial del gobierno.
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