14:26 › ANIVERSARIO
La Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas (DAIA), la AMIA y Familiares de Víctimas, la agrupación Memoria Activa y la Asociación 18J-Sobrevivientes, familiares y amigos de la víctimas del atentado a la mutual judía, realizaron diversos actos para recordar a los 85 muertos del ataque terrorista a la Asociación Mutual Israelita Argentina, perpetrado el 18 de julio de 1994 en la Ciudad de Buenos Aires.
Por la mañana, la dirigencia de la AMIA, la DAIA y familiares de las víctimas realizaron un acto en la sede de Pasteur al 600 bajo el lema "Víctimas del terrorismo. Víctimas de la impunidad", que comenzó con el tradicional sonido de la sirena a la hora exacta del atentado, las 9,53, que recordó la explosión que destruyó la institución.
Se escucharon los discursos del directivo de la AMIA, y de Averbuch, familiar de una estudiante de 20 años que en el momento del atentado trabajaba en el Servicio Social de la AMIA.
Ariel Cohen Sabban, en nombre de la AMIA, manifestó su oposición al Memorándum de Entendimiento con Irán, al igual que Mario Averbuch, quien habló en nombre de los familiares, pero también recordó las gestiones que realizó el expresidente Néstor Kirchner, que en 2005 reconoció que el Estado argentino era "responsable por no haber podido resguardar la seguridad de los ciudadanos".
Al recordar el atentado, los oradores pidieron también a los precandidatos presidenciales de las diferentes fuerzas políticas que "digan qué postura tendrán con respecto al caso, y qué es lo que van a hacer para que se pueda avanzar en la obtención de justicia".
Las agrupaciones que nuclean a sobrevivientes y familiares hicieron sus propios actos por separado y volvieron a mostrar, como vienen haciendo hace años, sus diferencias con las conducciones de AMIA y DAIA, a quienes denuncian por no impulsar el juicio por encubrimiento en el que está involucrado, entre otros, el expresidente de DAIA, Rubén Beraja.
En el acto realizado por Memoria Activa los oradores coincidieron en afirmar que el juicio por encubrimiento, que comenzará el 6 de agosto, puede convertirse en “histórico si condenara a los que construyeron una mentira oficial para cerrar la causa y negarnos, para siempre, la verdad y la justicia”.
Los oradores fueron el periodista Walter Goobar; Gastón Chillier, director ejecutivo del CELS; Estela de Carlotto, presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, y Diana Malamud, de Memoria Activa.
Carlotto, por su parte, ratificó “la solidaridad de las Abuelas por nuestros hermanos víctimas" en el “ataque terrorista que le ocurrió a toda la sociedad”.
La titular de Abuelas de Plaza de Mayo aseguró que “el atentado a la AMIA es una llaga que arde y sólo la verdad podrá sanar”, y reconoció que “hasta el momento la búsqueda de la verdad ha sido infructuosa”.
Por su parte, Malamud afirmó “que estos siniestros personajes van a enfrentar un juicio por encubrimiento”, refiriéndose a la decena de procesados en la que también están el expresidente Carlos Menem; el exjefe de la SIDE, Hugo Anzorreguy; el exjuez de la causa, Juan José Galeano; los exfiscales Müllen y Barbaccia, y el excomisario Jorge “Fino” Palacios. Además advirtió que “intentaron utilizar todos los recursos jurídicos, políticos y económicos, para hacer desaparecer la causa AMIA, y con ella a nuestros muertos”.
En el tercer acto, la Asociación 18J-Sobrevivientes, Familiares y Amigos de la Víctimas del Atentado a la AMIA, que se reunió en Plaza de Mayo, manifestó su pedido de justicia "local e internacional" y destacó que "justicia no es una palabra sino que es una decisión". Los representantes de la asociación hicieron un minuto de silencio recordando a las víctimas del atentado perpetrado el 18 de julio de 1994 y realizaron una suelta de globos negros al pronunciar los nombres, apellidos y edades de las víctimas de aquella jornada.
El primer orador fue Diego Beer, hermano de una de las víctimas, que le pidió a quien sea el próximo presidente que "continúe el camino iniciado por Néstor y Cristina Kirchner" y recordó a su padre, recientemente fallecido, "al pedir que no se olvide la causa AMIA y que se sigan levantando las banderas de Verdad y Justicia para que nadie más muera, como pasó con mi padre, sin poder ver la llegada de la justicia por mi hermana fallecida hace 21 años".
Graciela Furman, quien perdió a su hijo Fabián aquella mañana de 1994, resaltó el pedido de "justicia local e internacional" para los 85 muertos y los más de 300 heridos que dejó el atentado.
Los lugares elegidos en cada caso fueron simbólicos: Memoria Activa frente a Tribunales, como siempre, porque entienden que allí se origina parte del pacto de impunidad que desvió la investigación del atentado; mientras que 18J lo realizó en Plaza de Mayo, frente a la Unidad Fiscal AMIA y a la Casa Rosada a donde, dicen, pudieron volver a entrar a partir de 2004.
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