Vie 21.08.2015

21:18  › BLACK LIVES MATTER

Discriminación y tiros por la espalda

La Policía de Saint Louis confirmó que, según la autopsia preliminar, el adolescente afroamericano Mansur Ball-Bey murió tras recibir un disparo en la espalda el miércoles pasado, cuando dos oficiales gatillaron cuatro veces contra el muchacho para detenerlo. Los uniformados, que aún no declararon ante la justicia, argumentaron que el chico, de 18 años, se habría negado a arrojar la pistola que portaba.

El jefe de la Policía local agregó que la investigación prosigue y la localización del orificio no invalida ni confirma el relato de los oficiales que actuaron en el caso. "Lo que sí sé es que hay dos oficiales involucrados y que hubo disparos, pero no sé exactamente dónde estaba cada uno y no lo sabré hasta que no tenga sus declaraciones", precisó.

Los agentes hicieron cuatro disparos. Uno disparó tres veces y el otro, una sola, según informaron a un diario local fuentes policiales, que además indicaron que no había terminado el examen de las huellas digitales ni del ADN que se encontraron en la pistola con la que, según los policías, Ball-Bey les estaba apuntando.

Intervienen en el caso una unidad de contralor policial interno y la fiscal del distrito, bajo el control del fiscal federal para el este del estado de Missouri. Jermaine Wooten, abogada de la familia Ball-Bey, declaró que disponía de testigos que coincidían con miembros de la familia y declaraban que el joven estaba desarmado y le habían disparado por la espalda.

Según la versión policial, los oficiales dispararon sobre el joven cuando intentó huir, esgrimiendo un arma, de un operativo en un lugar conocido por "las drogas y las armas" en la avenida Walton, cerca del boulevard Page de Saint Louis.

Ayer, varias decenas de afroestadounidenses fueron al lugar de los hechos, protestaron por las calles, quemaron una bandera norteamericana, causaron destrozos en algunos comercios de la zona y gritaron consignas contra la Policí­a por las calles de la ciudad.

Shonetda Ball, propietaria del inmueble donde ocurrió el tiroteo y prima del adolescente muerto, declaró que ignoraba que su pariente estuviera allí. Ball agregó que en la casa vive un solo inquilino, y que cuando se vaya la cerrará y tapiará, porque está harta del hostigamiento policial a los residentes.

Saint Louis es la mayor ciudad de una zona en la que también se encuentra Ferguson, la ciudad que cobró notoriedad en el mundo por el asesinato del adolescente afronorteamericano Michael Brown, también a manos de un agente de policí­a blanco, en agosto del año pasado.

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