Al cierre de un día agitado en los tribunales brasileños para evitar la asunción de Lula en el gabinete de Dilma Rousseff, el juez del Supremo Tribunal Federal convalidó la tercera cautelar que se había presentado contra el expresidente para evitar que se desempeñe como ministro de la Casa Civil, cargo que juró ayer.

De esta manera, el supremo Gilmar Mendes evita lo que ocurrió en las primeras horas del día, cuando un tribunal de Brasilia y otro de Río de Janeiero, anularon las cautelares y pusieron en vigencia, por un lapso de pocas horas, el cargo asumido por el líder del PT. De todas maneras, el gobierno de Dilma Rousseff podrá apelar la medida.

Además, Mendes dejó a cargo del juez federal Sérgio Moro, cuestionado por el procedimiento que ordenó hace dos semanas contra el expresidente, la investigación de sus presuntas responsabilidades en el contexto del caso de corrupción detectado en la petrolera estatal Petrobras.

El magistrado supremo ratificó entonces la medida del juez Luciano Tertuliano da Silva, de la Justicia Federal de Assis, quien justificó su decisión con el argumento de que Lula y la presidenta Dilma Rousseff interfirieron en la investigación de corrupción en la petrolera Petrobras.

Más temprano, un tribunal de Brasilia y otro de Río de Janeiro anularon los fallos que suspendían el nombramiento del líder del PT y habilitaron a Lula, por el lapso de unas horas, a ejercer plenamente el cargo en el que había jurado ayer.

El tribunal regional de la capital del país había hecho lugar a la apelación presentada por el Gobierno brasileño, que argumentó "falta de imparcialidad" por parte del juez Itagiba Catta Preta Neto, del Tribunal Federal de Brasilia, un abierto partidario del excandidato presidencial por la oposición Aécio Neves.

Antes de que se conociera la decisión del STF, había otras tantas cautelares sobrevolando los tribunales presentadas por la oposición y ciudadanos particulares, a las cuales el Gobierno había anticipado que apelaría.

Lula es investigado por supuestos delitos como lavado de dinero y falsificación y dos de los procesos abiertos contra él estaban en manos del juez Sergio Moro, titular del décimo tercer juzgado federal de la ciudad de Curitiba. El nombramiento de Lula como jefe de Gabinete transfería al Supremo Tirbunal las causas, debido a que el cargo de ministro le concede un fuero distinto.