El juzgado de instrucción 4 de Bariloche, a cargo de Ricardo Calcagno, confirmó que el cadáver hallado ayer a unos tres kilómetros del casco urbano, en el acceso sur a la ciudad, detrás del supermercado mayorista Diarco, pertenece a la joven de 28 años desaparecida desde hacía 15 días.

Los voceros judiciales adelantaron que la joven habría sufrido "una herida corto punzante, además de varios golpes, en la zona del abdomen". Micaela —madre de tres hijos de 5, 8 y 9 años— fue vista por última vez el miércoles 23 de marzo, cuando llevó a su sobrina al Jardín Mundo Nuevo, en el Barrio 2 de Abril de Bariloche.

La noticia de la aparición del cuerpo de una mujer de sus características surgió ayer, pero los investigadores no confirmaron su identidad hasta finalizar las pruebas de ADN. "Una pericia de hidratación de huella y su posterior cotejo con la huella dactilar obrante en el Documento Nacional de Identidad" confirmó Calcagno.

El ex marido de la joven, Patricio Vargas, cuestionó la búsqueda, lamentó que "se hizo poco por encontrar a una persona" y aseguró que ante las pruebas que presentó la familia para encontrarla, los investigadores "miraron para otro lado".

El fiscal Eduardo Fernández, a cargo de la investigación, sostuvo que buscará reconstruir los hechos desde la desaparición de la joven, para encontrar al autor del crimen y las causas de la muerte.

Según contó ayer el hombre que halló el cuerpo, la joven “tenía un pantalón rosado y zapatillas negras”. “Me asusté mucho”, añadió, tras contar que el cadáver parecía haber sido atacado por animales y que el domingo, al pasar por allí, “la perra no olfateó nada”.

Por ese detalle los investigadores sospechan que el cadáver fue arrojado allí horas antes de ser descubierto, porque la policía ya había efectuado rastrillajes infructuosos antes en la zona. La expareja de Bravo, de quien se había separado tres meses atrás y quien radicó la denuncia por la desaparición, reconoció el cuerpo a partir de los detalles de la vestimenta.