Pedro Brieger, afirmó el martes 15 de agosto en una entrevista por Radio Continental de Buenos Aires, que "el embajador de Israel se reunió con los directivos de Canal 7, directamente diciendo que me echen por la cobertura que yo y el canal estábamos haciendo" de la guerra en El Líbano.

Por su parte el embajador de Israel en Argentina, Rafael Eldad, se defendió: "de ninguna manera, no sé de dónde saca este disparate. Yo no pedí su desplazamiento, ni pensaría en pedirlo".

Eldad negóen declaraciones que hizo luego a la misma radio, ejercer "presiones" a las autoridades de Canal 7 para que echaran al analista internacional, aunque le reclamó "honestidad" en sus opiniones respecto de la política de su gobierno.

La escalada verbal del embajador israelí se inició el domingo 5 de agosto, en el programa televisivo El destape que conduce Roberto Navarro y tiene por columnistas a Mario Wainfeld y al mismo Brieger.

Entrevistado en estudios del programa que emite el canal de cable P&E (Política y Economía) el embajador Eldad le dijo a Brieger que no podía hablar como analista internacional y lo acusó tener simpatía hacia Bin Laden y Hezbolá.

Brieger recuerda a Página/12 Web su sorpresa ante las palabras del diplomático, “en ningún momento le contesté ni debatí con el Sr. Eldad, me parecía que no correspondía discutir en público con un diplomático extranjero, guardé silencio”.

Días después, algunos periodistas y ejecutivos del 7 le refirieron detalles de una reunión que se había mantenido a alto nivel de la dirección del canal estatal a pedido del embajador Eldad, en la que éste había reclamado la separación del periodista y criticado la línea editorial del noticiero en lo referente a la guerra en Medio Oriente.

Consultado luego por el periodista Claudio Leveroni en Radio Nacional acerca de su reunión con directivos de Canal 7, Eldad respondió de manera evasiva, “no sé, he tenido muchas reuniones en las últimas semanas”. “No recuerdo exactamente con todas las personas me he reunido”, aclaró.

El diplomático israelí agregó que "no hay nada personal" con el periodista, y señaló que "lo único que yo trato de aclarar es un tema de ética periodística, de honestidad y transparencia".

Sostuvo que "lo que dice Brieger, para mi gusto, es de alguna manera confundir, hasta diría engañar a la opinión pública" y le pidió que “no se presente como analista internacional y aclare que tiene opiniones, y muy formadas, anti-israelíes, y siempre anti-israelíes; nunca del otro lado".

Según Brieger “para el embajador de Israel quien no dice que los todos los árabes son bárbaros, fanáticos, terroristas, asesinos, que quieren destruir al Estado de Israel, automáticamente pasa a ser antisemita y antiisraelí. Como yo soy judío, no puede decir que soy antisemita. Entonces, me descalifica diciendo que soy vocero de Hezbolá y admirador de Bin Laden".

"Es un hecho inusual que un embajador ejerza estas expresiones y lo haga de esta manera pública, tratando de impedir que se escuchen voces diferentes", señaló el columnista del noticiero que conduce Rosario Lufrano, que también es directora de Canal 7.

Pedro Brieger, es licenciado en Sociología en la UBA, titular de la Cátedra de Sociología de Medio Oriente en la misma casa de estudios, también se desempeña como coordinador del Departamento de Medio Oriente en el Instituto de Relaciones Internacionales de la Universidad Nacional de La Plata.

En sus informes en Canal 7, así como en el ciclo radial Marca de Radio que conduce Eduardo Aliverti, suele contrastar fuentes válidas y de diverso origen , analizando la actualidad mundial desde distintos puntos de vista. Ha colaborado también con diversos medios nacionales y extranjeros.

Su bloque televisivo de política internacional en el noticiero central del canal público tiene un enfoque amplio, y deja de lado simplismos que muchas veces se dan por sentados en los noticieros y cadenas de noticias.

El periodista y docente reforzó sus dichos contra el representante diplomático y señaló que, además, intentó "evitar que salga por otros medios, me descalificó públicamente diciendo que yo no podía opinar por mi punto de vista, lo que es un atentado a la libertad de expresión clarísimo".

“Otra cosa que preocupa es la falta de argumentación, la descalificación lisa y llana, no se discuten los argumentos sino que se difama”, señaló Brieger.

“Lo único que hace Eldad es difamarme, no soy un improvisado, hace 15 años que estudio política de Medio Oriente de manera muy rigurosa, nunca he dicho cosas como `el Estado terrorista de Israel`, así como nunca he calificado a la ligera de terrorista a cualquier organización islámica”.

En tanto Eldad sostuvo que Brieger "puede opinar, por supuesto, acá no hay ningún tema de libertad de expresión”.

“Solo le pido que lo haga en su nombre, no bajo el título de analista internacional, porque bajo ese título, confunde a la gente", sostuvo el diplomático.

Consultado telefónicamente por Página/12 Web, Néstor Piccone, coordinador de contenidos del Sistema Nacional de Medios, a cargo del organigrama y supervisión general del Canal 7 y la red de Radio Nacional, confirmó la versión aunque aclaró que no participó personalmente de ninguna reunión, ya que ésta se habría realizado con funcionarios internos del canal.

“No hubo presiones en el sentido de pedir el despido, más o menos las palabras fueron que Brieger debía presentarse como vocero de Hezbolá y no como analista internacional”.

“Brieger, es un profesional muy respetado y de conducta intachable, ha recibido todo nuestro respaldo, al igual que el sus compañeros de trabajo”, remarcó Piccone.

El funcionario, cuyo cargo depende de la Secretaría de Medios de Comunicación y a su vez del Jefe de Gabinete de la Presidencia, manifestó que recibió un total apoyo en el sentido de la continuidad de Brieger y la pluralidad de contenidos de la emisora televisiva estatal.

La Unión de Trabajadores de Prensa de Buenos Aires también emitió un comunicado en apoyo al periodista y condenando el intento de censura.

Para Brieger, una de las razones de la embestida de la delegación del gobierno de Israel en Argentina apuntaba a descalificar su análisis sobre la inutilidad de la guerra contra Hezbolá.