Lula habló hoy para abrir las deliberaciones de la 62 Asamblea General de las Naciones Unidas en Nueva York, y exhortó a los líderes de todo el mundo a revisar el modelo de desarrollo global bajo pena de generar "una catástrofe ambiental y humana sin precedentes".

Insistió al respecto en los beneficios de la utilización de los biocombustibles -campo en el que su país es principal productor mundial- como forma de "reducir en forma significativa los gases de efecto invernadero".

"Es necesario revertir esa lógica aparentemente realista y sofisticada, pero en realidad anacrónica, predatoria e insensata, de la multiplicación del lucro y de la riqueza a cualquier precio", dijo.

Añadió que "hay precios que la humanidad no puede pagar, bajo pena de destruir las fuentes materiales y espirituales de la existencia colectiva. Bajo pena de destruirse a sí misma", por lo que se manifestó a favor de "modificar la naturaleza de las relaciones entre el desarrollo y la justicia social".

Sostuvo que los países ricos deben asumir la mayor parte de la responsabilidad en la reducción de las emisiones de gases causantes del calentamiento global prevista en el Protocolo de Kyoto.

"Los países más industrializados deben dar el ejemplo. Es imprescindible que cumplan los compromisos establecidos por el Protocolo de Kyoto", dijo Lula, quien sostuvo que "no es admisible que la falta de previsión de los privilegiados recaiga sobre los desposeídos de la Tierra".

En este sentido, volvió a defender la propuesta de su país de creación de incentivos económico-financieros para estimular una reducción de la deforestación.

Anunció que su gobierno lanzará "en breve" un plan nacional para hacer frente a los cambios climáticos, coherente con su política de preservación ambiental que, según destacó, logró reducir "a menos de la mitad la deforestación de la Amazonia".

"Un resultado como ese no es obra de la casualidad, hasta porque Brasil no renuncia, en ninguna hipótesis, a su soberanía ni a sus responsabilidades en la Amazonia", enfatizó..

Destacó asimismo el programa de biocombustibles vigente en su país que, aseguró, constituye una salida para evitar el aumento del consumo de combustibles fósiles y reducir la contaminación ambiental.

"El mundo necesita, urgentemente, una nueva matriz energética. Los biocombustibles son vitales para construirla. Ellos reducen significativamente las emisiones de gases de efecto invernadero.

En Brasil, con la utilización creciente y cada vez más eficaz del etanol, se evitó en estos últimos 30 años la emisión de 644 millones de toneladas de dióxido de carbono en la atmósfera", expresó.

Además, destacó que los biocombustibles constituyen un instrumento para mejorar la situación económica de los países más pobres.

"El etanol y el biodiesel pueden abrir excelentes oportunidades para más de un centenar de países pobres y en desarrollo en América Latina, en Asia y, sobre todo, en Africa", explicó.

En referencia a quienes aseguran que la utilización de alimentos para elaborar combustibles traerá más hambre en el mundo, como Fidel Castro y Hugo Chávez, respondió que "el problema del hambre en el planeta no es consecuencia de la falta de alimentos, sino de la falta de ingresos que golpea a casi mil millones de hombres, mujeres y niños".

"Es plenamente posible combinar biocombustibles, preservación ambiental y producción de alimentos", reafirmó.

Fuente: Télam