Alrededor de las 12 de la noche del pasado domingo los habitantes de San Juan del Grijalva escucharon y sintieron “como una estampida” de vacas que los obligó a salir de sus viviendas.

Un cerro que se ubica entre las presas Malpaso y Peñitas cayó sobre el río Grijalva y provocó una ola de unos 50 metros que, convertida en una suerte de tsunami, arrasó con todo.

“Sólo quedaron los pisos de la iglesia, de una escuela, de algunas casas”, afirmó el mandatario estatal, quien estuvo en el lugar acompañado del titular de la Secretaría de Gobernación (SG), Francisco Ramírez Acuña.

Decenas de viviendas sepultadas

La Subsecretaría de Protección Civil del estado informó que en un primer momento la mayor parte de los cientos de toneladas de tierra y piedras producto del desgajamiento cayeron en el río Grijalva y el resto del cerro sobre una de las tres colonias del lugar, donde había entre 40 y 60 viviendas. Todas quedaron sepultadas.

Las autoridades explicaron que debido a que la estampida de vacas alertó a los pobladores, la mayoría logró salir de sus casas.

En entrevista, el gobernador afirmó que luego del alerta que lanzaron los pobladores, personal de Protección Civil se trasladó a la zona, donde sacó en lancha a un grupo de entre 120 y 130 personas, que fueron trasladadas a un albergue en Pichucalco.

Otras 12 personas que resultados con algunas heridas fueron remitidas al hospital regional del mismo municipio.

El subsecretario de Protección Civil, Luis Manuel García Moreno, dijo que hasta el momento se reportó la desaparción de 16 personas.

Fuente: La Jornada.