Se trata de un duro golpe contra la organización juvenil ilegalizada SEGI, presunta responsable de actos de lucha callejera en la ciudad de San Sebastián, norte de España.

El ministro del Interior español, Alfredo Pérez Rubalcaba, destacó la "importancia" de este tipo de operaciones, que tienen por objetivo "evitar que la cantera produzca etarras".

En declaraciones a TVE, Rubalcaba señaló que el 30 por ciento de los jóvenes que empieza con la "llamada violencia callejera de baja intensidad" termina participando de la "violencia de alta intensidad".

Las detenciones de hoy son fruto de una investigación de la Brigada Provincial de Información de Guipúzcoa, tras los siete arrestos efectuados el pasado 30 de octubre también en San Sebastián, informó el Ministerio del Interior en un comunicado.

Según la investigación, el grupo desarticulado tenía como misión "realizar atentados mediante la confección y lanzamiento de artefactos explosivos e incendiarios contra los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad, edificios oficiales, sedes de partidos políticos, entidades bancarias y de ahorro, estaciones y unidades de ferrocarril, transportes públicos y mobiliario urbano".

Los detenidos, M.M.G. de 22 años, I.E.A. de 21 años, I.C.G. de 28 años, E.E.L. de 22 años, todos ellos vascos, están acusados de dirigir la organización SEGI en San Sebastián, de captar nuevos miembros e iniciarlos en los métodos de violencia urbana.

Además, están acusados de participar en ataques violentos, como la quema de colectivos urbanos, cometidos en la capital guipuzcoana entre 2006 y 2007, y de organizar manifestaciones de apoyo a los presos de ETA.

Los cuatro jóvenes arrestados han sido trasladados a Madrid por orden del juzgado de instrucción número 3 de la Audiencia Nacional.

Cinco de los detenidos el 30 de octubre ingresaron el viernes pasado a prisión por orden del juez de la Audiencia Nacional Fernando Grande Marlaska, quien les imputa el delito de integración en organización terrorista debido a que considera acreditada su pertenencia a SEGI.

También están acusados de delitos de estragos y daños terroristas, según fuentes judiciales.

El nuevo golpe a la violencia callejera de ETA en Guipúzcoa se produce tras operativos llevados a cabo en los últimos meses en las vecinas provincias de Vizcaya y Alava, que se saldaron con decenas de detenciones.