Santiago apenas sufrió una contusión en el rostro luego de que una carga de arena de un camión sepultara el automóvil Fiat Duna en el que viajaba junto a su madre, Verónica, quien se reponía favorablemente esta tarde en el mismo establecimiento asistencial.

El niño dejó el hospital poco antes de las 15 junto a su padre, Víctor Acosta, y es uno de los tres sobrevivientes de la tragedia, que dejó cinco personas muertas.

La tía de Santiago, Blanca Giménez, seguía internada en grave estado, donde permanecía "asistida con respiración mecánica". Según informó la jefa de Guardia del centro de salud, Ana María Bianchi, la paciente se encuentra en estado "crítico", tras el paro respiratorio sufrido ayer cuando fue aplastado el vehículo en que viajaba por la carga de arena de un camión. "Hemodinámicamente muy inestable, con muchas drogas para compensarla", señaló.

Agregó que "tiene una contusión pulmonar bilateral, estaba en paro respiratorio cuando fue extraída del auto, se la reanimó, se la intubó y se puso en terapia intensiva, pero se desconoce si puede sobrevivir a esta situación por las lesiones cerebrales que pudo sufrir".

La mujer se desplazaba en el Fiat Duna que quedó sepultado por la arena luego del choque entre un camión y un Renault 19, en la avenida Ingeniero Huergo al 300, donde los cuatro ocupantes del último vehículo fallecieron carbonizados y el remisero que conducía el Duna murió asfixiado.

Sobre el estado de salud del niño, quien próximamente será operado en el Hospital Garrahan por una cardiopatía congénita, Bianchi dijo: "Creo que fue milagroso, cuando la mamá toma conciencia de lo que está pasando se tira encima del chiquito y lo protege". Amplió que Verónica Giménez "tiene excoriaciones múltiples en la cara y una diastasis en la pelvis; va a poder caminar sin inconvenientes".

Las actuaciones del accidente están a cargo de la comisaría 22 y del juez de Instrucción Guillermo Carbajal.