Así surge del dictamen de elevación a juicio del fiscal Carlos Rivolo, cuya lectura continuó realizando hoy el tribunal oral que lleva adelante el juicio oral y público por el accidente acontecido en 1999.

Entre los testimonios leídos se encuentran los de los peritos que analizaron los motivos por los cuales sucedió el siniestro con el Boeing 737-200 que la trágica noche del 31 de agosto de 1999 no pudo despegar y chocó contra un terraplén frente al Aeroparque Jorge Newbery.

Según las conclusiones del perito Robert Helmreich, el accidente "fue un resultado directo de la grave negligencia de la tripulación...por la falta de disciplina de cabina...", y sostuvo que si bien "el error del piloto fue la causa próxima del accidente, la causa fundamental está en la cultura organizacional que toleró un piloto al mando con un historial de desempeño por debajo del estándar tanto en el campo técnico como en el liderazgo".

Otro de los expertos consultados por los investigadores evaluó que el siniestro ocurrió por "ignorancia o impunidad" por parte de LAPA que "debilitó críticamente los recursos técnicos operativos que los tripulantes deberían haber desarrollado y aprobado durante las inspecciones".

"Si los tripulantes hubieran recibido la capacitación exigida en las normas vigentes sus capacidades profesionales hubieran sido muy distintas a la que demostraron durante los momentos previos al accidente", agregó el perito.

Para los especialistas, la empresa "no tenía una cultura de seguridad", lo cual se demuestra "en la estructura gerencial, políticas corporativas, capacitación y evaluación".