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El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, autorizó la formación de un equipo de elite, supervisado por la Casa Blanca, para interrogar a los detenidos sospechosos de haber cometido actos de terrorismo, que deberá desarrollar una lista de "buenas prácticas" y promoverlas entre las agencias que realizan interrogatorios.
"El presidente creó un nuevo grupo, el Grupo de Interrogatorio de Detenidos de Alto Valor (HIG, por sus siglas en inglés), que tendrá su base en el FBI", confirmó Bill Burton, portavoz oficial. El nacimiento de la unidad constituye un importante giro en la política de espionaje estadounidense, ya que estará formado por miembros de varias agencias de seguridad y cuerpos policiales y dependerá directamente de la presidencia, a través del Consejo de Seguridad Nacional.
El equipo, "unirá todos los elementos de la comunidad de inteligencia para tener la mejor información posible basada en métodos científicamente probados y de acuerdo con el Manual de Campo del Ejército", agregó Burton.
El objetivo principal del HIG será recopilar inteligencia para prevenir "ataques terroristas y proteger la seguridad nacional", añadió el funcionario.
Paralelamente, deberá desarrollar una lista de "buenas prácticas" y promoverlas entre las agencias que realizan interrogatorios, además de desarrollar un "programa de investigación científica" para comparar la "efectividad" de los sistemas actuales de interrogatorios y desarrollar nuevas técnicas legales.
El portavoz negó que la constitución de este grupo suponga una "menor importancia" de la Central de Inteligencia en la materia, que "estará muy involucrada" en el funcionamiento del nuevo equipo. "La CIA tiene un papel muy importante respecto a los interrogatorios -insistió Burton- y subrayó que la agencia "ha realizado un trabajo brillante en lo relativo a recopilar inteligencia".
La idea, prosiguió el vocero es "unir todos esos elementos diferentes bajo un solo grupo para que éste pueda realizar su trabajo de la mejor manera". La creación de esta unidad de elite fue una de las recomendaciones de una comisión encargada de revisar las prácticas de interrogatorios, que Obama creó a su llegada a la presidencia. La decisión del mandatario se enmarca en su intento de replantear las políticas para tratar a los sospechosos de terrorismo (criticadas durante la administración de George W. Bush), y coincide con la recomendación, por parte del fiscal general estadounidense, Eric Holder, de reabrir cerca de una docena de casos de abusos a prisioneros.
Este hecho puede implicar el juzgamiento de empleados y contratistas de la CIA por trato cruel a sospechosos de terrorismo, según informó hoy el diario The New York Times. La recomendación, por otra parte, coincide a su vez con la publicación de un informe -hasta ahora inédito- elaborado en 2004, en el que se detallan abusos a prisioneros cometidos por esa agencia y se mencionan casos en los que especialistas en interrogatorios de la CIA simulaban ejecuciones con una taladradora eléctrica y una pistola.
Sobre este tema, el portavoz de la Casa Blanca afirmó que Obama, quien se encuentra de vacaciones, no tiene previsto hacer ninguna comparecencia pública y considera que es el fiscal general Holder quien "tiene que tomar las decisiones" sobre quién es procesado e investigado en el marco del escándalo de los interrogatorios.
El predecesor de Obama, el republicano George W. Bush, fue objeto de duras críticas por las prácticas de detención e interrogación que infringían la ley o que fueron abusivas. Muchos de esos métodos se filtraron a la opinión pública, entre ellos el "wateboarding" o ahogamiento simulado, aplicado a al menos tres sospechosos de terrorismo en prisiones secretas.
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