La Universidad Nacional del Comahue, con asiento en las provincias de Neuquén y de Río Negro, hace dos años que no logra normalizar su situación institucional. El conflicto comenzó en 2006: desde entonces hasta hoy, las manifestaciones estudiantiles impidieron la elección de un rector. Recién ahora el proceso parece encaminarse con los comicios de claustros, aunque persiste la posición de sectores de alumnos que impiden las sesiones asamblearias, en reclamo de una previa reforma de los estatutos. Sectores cercanos a la rectora interina, Teresa Vega, plantean que “los espacios conflictivos han perdido mucho terreno”. La Federación Universitaria del Comahue, conducida por la CEPA (PCR) e independientes, estima que “hay que participar del Consejo Superior para dar el debate por la democratización”.

La rectora interina de la universidad (Unco) insiste con la convocatoria a las asambleas de claustros para renovar consejeros superiores y lograr organizar el cuerpo. “Fue un largo proceso que parece empezar a resolverse. La política del boicot total de parte de los estudiantes se vio interrumpida el viernes, cuando el claustro de docentes pudo elegir a sus representantes”, explicó Vega a Página/12. “El Consejo Superior tiene ahora a 19 de sus 29 miembros en funciones. Los graduados ya mostraron su voluntad de resolver la situación porque se acreditaron todos antes del cuarto intermedio, así que el próximo viernes seguramente tendrán todo dispuesto para resolverlo. Creo que los estudiantes no van a querer quedarse afuera de la discusión de la reforma del estatuto y también definirán a sus representantes”, agregó.

El conflicto comenzó en mayo de 2006, con la elección de rector que debía realizarse una vez que la actual vicegobernadora de Neuquén, Ana Pechén, finalizaba su mandato como rectora de la Unco. Allí, cuando debía sesionar la asamblea universitaria, los consejeros se encontraron con el rectorado tomado por los estudiantes que reclamaban la “democratización” del cogobierno. Tratando de evitar lo que entonces venía sucediendo en la UBA, numerosos asambleístas se trasladaron a un sindicato de la vecina ciudad de Cipolletti y eligieron como rector al ex decano de Ingeniería Daniel Boccanera. Los estudiantes respondieron con una toma del rectorado y las facultades durante tres meses. En ese lapso, hubo impugnaciones judiciales de parte de los manifestantes y, finalmente, la Justicia dictó la invalidez de la elección de Boccanera. En forma interina, al ser la consejera de mayor edad, la profesora Vega terminó asumiendo el rectorado. La tensión continuó durante 2007. El viernes pasado fue el último round entre las autoridades y quienes exigen una “democratización” –los alumnos piden que la reforma garantice que ningún claustro tenga más del 50 por ciento de la representación en el cogobierno y que los docentes tengan un claustro único–. Ese día, un grupo de estudiantes de la Unión de Juventudes Socialistas y del Frente de Estudiantes por la Resistencia irrumpieron en la asamblea que el claustro de graduados iba a realizar para elegir a sus representantes en el Consejo Superior. El resultado fue el buscado y los egresados de la Unco tomaron la decisión de pasar a un cuarto intermedio hasta este viernes.

El actual presidente de la federación estudiantil (FUC), Francisco Lepore (CEPA), aseguró que “existe un debate entre los estudiantes”. De hecho, el bloqueo del viernes fue realizado por agrupaciones que mantienen diferencias con la conducción de la FUC. Vega afirmó a este diario que, “una vez que el Consejo Superior pueda sesionar, estará lograda la institucionalidad. Y ya está comprometida como primera medida la convocatoria a la asamblea para tratar la reforma del estatuto”. Por eso, el dirigente estudiantil estimó que “no ayuda a salvar la universidad si se continúa en la situación en que está. Se necesitan reunir 83 asambleístas para imponer las reformas que se plantean. Hay 70 que ya se expidieron a favor de la postura estudiantil y al menos un grupo de 15 no docentes estarían avalando la propuesta. Hay grandes condiciones para ganarle a la casta profesoral, que quiere mantener todo como está”.